Siempre pensé que el desarrollo tecnológico debía ser entendido en el sentido del cambio, en el logro de diferentes estados que conlleven un cierto bienestar para la sociedad, no la de crear nuevas y más viscerales formas de dependencia que nos conduzcan sin remedio hacia una <<libertad artificial>>: el individuo de a pie siempre estará indefenso ante aquello que no comprende, aquello que sin saber muy bien para qué sirve, ha terminado convirtiéndose en una necesidad.
Creo que el siguiente cuento puede ayudarnos a entender mejor esta difícil tesitura en la que nos encontramos:
<<Érase un caballo que, teniendo por enemigo a un poderoso y peligroso lobo, vivía en constante temor por su vida. Llegó a estar tan desesperado que se le ocurrió buscarse un aliado poderoso. Por tanto, se acercó a un hombre y le ofreció una alianza, indicando que el lobo era asimismo enemigo de los humanos. El hombre aceptó la asociación inmediatamente y se ofreció para matar al lobo si su nuevo socio cooperaba poniendo a disposición del hombre toda su velocidad. El caballo estaba dispuesto, y permitió que el hombre le colocara la silla y el bocado. El hombre montó, persiguió al lobo y lo mató.
>>El caballo, alegre y aliviado, dio las gracias al hombre y dijo: “Ahora que nuestro enemigo está muerto, quítame la silla y el bocado y devuélveme la libertad.”
>>Entonces el hombre se echó a reír a carcajadas y contestó: “Vete al infierno. ¡Al galope!”, y lo espoleó con todas sus fuerzas>>
Asimov, Isaac. Fundación.
Tal vez para poder verlo desde el punto de vista adecuado, nos toca renunciar al papel de humano por unos segundos y meternos en la piel del sometido equino. Ahora, viéndolo desde esta perspectiva, cada uno podrá identificar con facilidad a quién representa el humano en su particular relato (qué o quién supone esa pesada carga de la cual no podemos liberarnos y con la que tenemos que cargar sin saber muy bien por qué o para qué), pero eso nos llevaría a hacer un uso excesivo del relato de Asimov, y para esta entrada simplemente he querido utilizarla para representar esa dependencia que la mayoría de nosotros sufrimos con las nuevas tecnologías. El lobo, como espíritu salvaje, vendría a ser la expresión licantrópica de nuestros miedos más ancestrales, de nuestras necesidades primordiales: la necesidad de reconocimiento, de aceptación, de inclusión en el grupo, con las que las redes sociales parecen satisfacernos de manera holgada.
En el momento en el que las nuevas tecnologías —el hombre en la historia— entraron en nuestra vida, en el momento en el que aceptamos que nos pusieran el bocado y la silla de montar, en el momento en el que vimos cómo nuestro viejo enemigo el lobo era exterminado por el propio ser humano que sosteníamos en nuestro lomo, ya nunca más volvimos a ser los mismos, haciéndonos totalmente dependientes de nuestro nuevo y descarnado dueño. Hoy en día, nadie recuerda cómo era la vida antes de la llegada de los smartphones, ni cómo conseguíamos comunicarnos entre nosotros y hacer planes sin necesidad de aplicaciones como Whatsapp, Facebook, Instagram, Snapchat, etc.
En cierta manera, la aceleración tecnológica que estamos sufriendo en esta última década está haciendo que esa dualidad entre jinete y caballo, esa dependencia del uno con respecto al otro, puesto que no hemos de olvidar que la tecnología también nos necesita —al menos por ahora—, al igual que el jinete necesita de su caballo para cabalgar, está consiguiendo fusionar ambos actores en una especie de centauro biónico cuya cabeza pensante terminará siendo de silicio o de nanotubos de carbono: una nueva especie mucho más loca y disparatada que la anterior.
Si cuando al humano le da por una cosa…
Volvemos a ser como niños pequeños que no pueden mantener su atención en una sola cosa, deseosos de que nos distraigan con algo nuevo.
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Buenas noches, Elia:
Sí, ciertamente parece que nunca dejamos de ser niños. Primero, cuando éramos niños, buscábamos el reconocimiento de nuestros padres. Luego, conforme íbamos creciendo, el de nuestros amigos. Y ya en la madurez, nos obsesionamos por buscar el reconocimiento de una sociedad cada vez más hipócrita y tecnificada a la que no le importamos absolutamente nada.
Un saludo!
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Muy buena entrada. El tema musical muy bién escogido! Saludos!
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Desde el momento en que lo escuché en Into the Wild (Hacia lo salvaje), supe que era uno de esos temas que, con facilidad, podría convertirse en parte de la banda sonora de una vida. Un saludo.
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Hace poco coincido en pensamientos. Quedé con una amiga y salimos por bocas de metro diferentes, conectamos el GPS, vi donde estaba y fui a buscarla. Mientras andaba intentaba recordar cómo hacíamos antes, al final siempre nos encontrábamos, ¿sabes cómo? Hablando con la gente, preguntando… comunicándonos 😊😊😊😊
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Sí, Margui, nadie podría haberse imaginado hace unos años que podríamos hacer planes de la manera en que lo hacemos hoy en día.
– ¿Dónde quedamos?
– No te preocupes, te comparto la ubicación.
Sin embargo, antes, cuando llegabas al sitio y, por ejemplo, habíais quedado en una terraza, cafetería, etc. Podías observar cómo la mayoría de la gente hablaba mirándose a los ojos. Hoy, apenas despegamos la vista de nuestros móviles. En fin, adaptación al cambio.
Un saludo!
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Es lo más triste que puede pasarte, salir en pareja y andar chateando 😂.
Yo no me imagino así y se me ponen los bellos de punta cuando lo veo. Para andar así prefiero salir sola 😂😂😂😂
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La tecnología y las redes sociales que aparentemente nos unen, nos separan como seres humanos y nos hacen más fríos y más inhumanos.
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Buenas noches, Sergio:
Detrás de las RRSS no deja de haber un interés comercial. Promocionan felicidad, amistad y buen rollo, pero tras la maravillosa cortina de humo, tachonada con luces y purpurina, se dedican a empaquetar nuestros sentimientos en forma de clústeres prototípicos, donde nos dividen en función de gustos, preferencias, edad, sexo, etc. Vendiendo todos estos datos al mejor postor. No estoy descubriendo nada nuevo, lamentablemente.
Un saludo.
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De acuerdo contigo al ciento por ciento. Hemos pagado el precio del…¿progreso? Siempre es alto, altísimo, y se paga con una moneda escandalosamente escasa y valiosa: nuestra libertad. A estas alturas de la película, a ver quién es el valiente que le pone el cascabel al galgo.
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Buenas noches, Leizael:
Lo primero, agradecer tu comentario. Con respecto a lo que comentas, la verdad es que creo que dejamos de ser libres en el momento en el que únicamente nos dedicamos a reaccionar, olvidando que, frente a la reacción, siempre existe la posibilidad de elegir.
Las redes sociales nos llevan a una búsqueda patológica de esta reacción continua, ya que es la manera en que el lobby tecnológico encuentra nuevas vías de mercado a través de la publicidad dirigida, manipulación de la opinión pública, etc. Y en este punto, el uso de la tecnología se convierte en algo nocivo.
Un saludo.
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Tota la raó del mon.
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Sigo totalmente tus pensamientos y te felicito por la genial entrada. Añadiría también lo siguiente. Si bien yo también me he visto arrastrado por las redes sociales (Facebook, en realidad), debo decir que parte del motivo es que su amplia popularidad desde hace ya varios años ha hecho que una gran mayoría de instituciones u organizaciones se comuniquen por allí. Entonces, se vuelve una plataforma que aglomera casi toda la información que uno necesita saber (o que uno gusta de conocer). Por ejemplo, temas de estudios, temas de cultura, temas de conciertos, publicaciones de libros nuevos de autores que uno sigue, eventos deportivos, mensajes de partidos políticos, noticias del mundo, etc., se colocan por allí y ya no hay que estar buscando esa información en otros lugares. Por lo tanto, se gana eficiencia en ese sentido. Es decir, al menos yo, regreso constantemente a ver lo nuevo, pero es un arma de doble filo. La carga de información es tal que sales hasta frustrado de allí, y sientes que debes volver constantemente a ver si hay algo adicional. Se pierde la selectividad (sin mencionar que la supuesta eficiencia ganada es solo una ilusión). Y eso que no estoy mencionando el quedarse pasando interminablemente el feed de noticias mirando tan solo las musarañas, esperando patéticamente recibir likes de gente o poner likes a la chica adorada. Una vez que se aprender a dominar lo que llamaría la «inseguridad interna», se vive mejor (bueno, es obvio) y las redes pasan a un segundo plano. Las usas cuando realmente las necesitas.
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Buenas tardes, Janis:
Las RRSS se venden muy bien ya que la idea en sí es muy buena y, como bien dices, resulta ser una herramienta valiosa en muchos aspectos. Sin embargo, detrás de Facebook -ya que lo mencionas-, no hay ninguna ONG ni ningún amante de la filantropía (tampoco vamos a descubrir quién es Mark Zuckerberg). El caso es que se trata de un negocio y, más allá de la ingente publicidad, su principal activo consiste en hacernos reaccionar y capturar nuestros «sentimientos» para empaquetarlos y venderlos a las compañías de marketing. Esta búsqueda constante de nuestras reacciones es lo que la convierte en perniciosa y dañina para nuestra libre elección.
Gracias por animarte a comentar y un saludo!
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De igual manera, gracias por la respuesta. Un saludo para ti también.
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Vivimos en la época de «idiotización» tecnológica
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👍
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Están muy reflexivos sobre el uso responsable de las nuevas tecnologías: me agrada 🙂 y concuerdo con ustedes. Pero parece que la dichosa frasecita: «Todo con moderación» ha quedado guardada en el cajón, pero es cierta y se puede aplicar….somos esclavos de la tecnología en tanto le damos el poder, en tanto cedemos ante ella para que esto así sea.
Pero no es como si apagáramos el celular por unas horas el mundo se nos viene encima. Hay que estar dispuesto a moderarse, yo salgo a caminar por las afueras de mi pueblo y no llevo celular, aviso a mi familia que me voy a dar una vuelta y listo, salgo con mis perros y jamás pasó nada. Porque hay otra realidad con o sin tecnología: las cosas pasan igual. Se está cambiando libertad por una falsa seguridad.
Muchas gracias por compartir su reflexión y por la canción, es una de mis favoritas de Vedder. Un abrazo 🙂
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Me ha gustado la frase: «Hay otra realidad con o sin tecnología». Es una verdad simple que casi podríamos catalogar como de perogrullada y que, sin embargo, parece que hoy en día es cada vez más difícil llegar a esa sencilla verdad.
Por otro lado, la «moderación» es difícil cuando estamos anegados por lo digital y la mesura resulta ser un don cada vez más escaso.
Un abrazo!!
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Muy interesante tu blog, y lo que escribes en este post es así, nuestras sociedades ahora son la suma de individuos manejados por los «teléfonos inteligentes», porque hasta el nombre que se les dio tiene su doble sentido. Pasaré con frecuencia por aquí… Te dejo algo que escribí sobre este tema: ¿Esto es Evolución?…
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Buenas Sookeeper:
Una entrada genial que desde aquí recomendamos.
La verdad es que personalmente no conocía la canción «Do the Evolution» y junto con la animación resulta ser, como bien dices, una joya.
Con respecto a la entrada, creo que compartimos la misma línea de pensamiento y eso es gratificante: cada vez somos más los que nos damos cuenta de esta «zombificación» orquestada desde las cloacas del Sistema, y rechazamos el paradigma del postureo patológico que se vive en las RRSS:
Admire me, admire my home
Admire my son, admire my clones
Un saludo, nos seguiremos leyendo ;).
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100% de acuerdo. Y si ya vives en la zona más tecnológica del mundo, en donde TODO gira en torno a la tecnología, el esperpento es mayor. Aunque también lanzo a su favor que ha traído muchos beneficios a nuestras vidas. Lo que decimos, la tecnología no debiera ser un problema per se, sino el uso excesivo e inapropiado que hacemos de ella. Más que eliminarla, es hacer dieta para depurar.
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Me gustaría ver esa nueve especie con nanotubos de carbono y cabeza de silicio con forma de centauro!! Por Gaia!! qué mezcla tan genial!!
Saludos al Otro mundo! 😉
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interesante entrada
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No soy un abolicionista de las RRSS pero…
Ahora, en estos tiempos prevalece lo efímero y lo chabacano en vez de intentar construir un legado ¿he dicho efímero y chabacano? Quería decir Instastory de Instagram.
Ahora, en estos tiempos los monos de feria se capturan ellos mismos en su selva, se meten ellos solitos en una jaula y se auto exhiben en cualquier circo de tercera. ¿He dicho monos de feria? Quería decir influencers y youtubers.
Ahora, en estos tiempos las repúblicas duran menos que los emplazamientos publicitarios de tele5; se nos van a echar encima todos los Neos de Matrix. ¿He dicho Neos? Quería decir el 99% de la gente que no sabe mirar la vida si no es a través de la pantalla del móvil.
Ahora la cultura se fabrica con la falsa argamasa del Photoshop y del Twitter. Por suerte todavía quedan neanderthales que llaman al timbre y no envían un whatsapp, todavía quedan visigóticos que no piden el facebook a la mujer que les gusta si no que intentan enredarla con algo de Benedetti o de Oliverio Girondo.
🙂
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Me encanto la ilustración!! Dice tanto de nuestra realidad.
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¡Triste realidad! Pero al ser conscientes de la misma, debemos sacudirnos y aflojar esa silla lo más que podamos, antes de que sea tarde… ¡Excelente reflexión! Un abrazo, LCDOM… 😉 🙂
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¡Muchas gracias Lusalo! ¡Un saludo para ti también!
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¡Graciaaas! Abrazote del otro mundo, jejej… 🙂 😉 :*
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gratamente sorprendido, y además me has recordado a mi venerado escritor Asimov. Me veo totalmente reflejado, sobre todo en momentos de soledad en que pienso ¿Por qué paso tanto tiempo en el «ciber espacio» sin centrarme en la realidad? y hacerme la pregunta de cómo era todo antes… realmente causa cierta angustia/miedo.
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Los seres humanos tenemos un chip en el cerebro que nos lleva inequívocamente a malentender el uso correcto y beneficioso que le otorgamos a los avances. Y esa es la única explicación que le podemos dar, ya que, sin mentar a ese imaginario chip, tendremos que admitir que toda la culpa es nuestra. Y claro, también solemos tener otro chip imaginario que nos impide admitir cabalmente la responsabilidad de nuestros errores…
Gracias por el comentario, Manuel. ¡Un saludo!
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Buena reflexión, no había leído nunca este cuento de Asimov y la verdad es que nos retrata con exactitud. Somos dependientes a cualquier tontería que se nos cruce por delante, creemos que no o que no es dependencia sino que es lo «normal», pero somos estúpidamente dependientes.
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Como si existiese un elemento compulsivo dentro de todos nosotros que nos empuja a ese comportamiento dependiente, a la vez que se encarga de envolverlo en un caparazón de absoluta normalidad. Sí, completamente de acuerdo contigo.
Muchas gracias por pasarte, Amarië. ¡Un saludo!
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He reblogueado esta entrada porque, cuando no hay nada que añadir a una reflexión compartida, entiendo que solo cabe adherirse a ella. Gracias
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Reblogueó esto en PAZLABRASDELUZy comentado:
Cuando «enredados» en la misma red, descubres a quien comparte la conciencia crítica y la necesidad de buscar una vía de escape hacia «otros mundos» me parece necesario compartir el enfoque y la alerta entre el uso y el abuso en todo lo que nos da vida y alimenta, o nos la machaca , aliena y esclaviza. Cuestión de dosis y consciencia para no enredarse en redes, dependencias de sustancias, gulas o egolatrías… Por no hablar del concepto de madurez en la psicología evolutiva .
Agradezco la posibilidad de compartir esta entrada de las Crónicas del Otro Mundo
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¡Pues muchas gracias! Agradecemos que lo encuentres tan reseñable y nos adherimos a tu comentario. Un abrazo!!
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No te miro, luego existo…parece la máxima de nuestros días. Antes sin dudas eran más intrincandas o complejas las formas de encontrarnos en alguna parte, pero entonces y no hace tanto, nos mirábamos a los ojos. Muy buena crónica.
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Cierto, el contacto visual hacia el mismo destinatario ha cambiado de medio, se ha transformado de presencial a virtual. Y no es que no tenga sus ventajas, que sin duda alguna las tiene. Antes no podíamos mantenernos interconectados a gran distancia de manera prácticamente inmediata. No obstante, los humanos siempre encontramos en cada avance un reverso pernicioso, y en este caso es que la conexión conlleva también una desconexión directamente humana.
Gracias por pasarte, ¡un saludo!
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Gusto o no, cada ser humano tiene puesto brillantes grilletes en los tobillos, que bien podemos llamarlos: redes sociales virtuales, lo interesante del post es que entrega las llaves para que en uso de nuestra razón podamos abrirlos y ser libres. Pero hay otra arista: gusto o no, al final del día volveremos a ponernos porque esa es la actual dinámica y no podemos alejarnos de ella. El texto que acabo de leer me conlleva descubrir otra realidad de mi profesión: los medios de comunicación tradicionales le hemos vendido el alma al Diablo. @Zavala_Ra
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Bien lo reflejas en tu comentario. De hecho, mismamente estamos denunciando esta dependencia, o suerte de decadencia humana, de las redes sociales, y lo hacemos a través de la blogosfera. Tomándonos la licencia, ¿no podríamos considerar esta una forma de red social? Queremos ser libres de día y sometidos de noche, tú lo has dicho.
Gracias por pasarte y comentar, Raúl. ¡Un saludo!
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Tengo la suerte de que esta revolución me ha pillado un poco (bastante) mayor que vosotros. Y aún así me he visto un poco empujada por la presión social. En cierto modo estoy enganchada, pero más como «voyeur» que como participante. Estoy en Facebook pero apenas escribo ni siquiera comparto, pero sí me asomo todos los días a ver que pasa… jeje. En Twiter hace tanto que no entro que he olvidado hasta la contraseña. De las otras redes ni idea. Tan solo mi blog de WordPress y la visita a los amigos, como vosotros.
Pero es verdad que la vida ha cambiado, muchas relaciones virtuales y pocas personales. Nos encerramos en una pantalla y olvidamos que donde haya una sonrisa que se quiten todos los likes del mundo, esa es la verdad. Una charla frente a frente no se puede comparar a ninguna otra cosa.
Menos mal que seguimos teniendo la música… fantástica, me ha gustado mucho.
Abrazos para los dos.
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Muchas relaciones virtuales y pocas personales… Qué gran verdad. Parte de culpa de este hecho puede basarse en el uso erróneo que le hemos otorgado a estas redes, pues son un avance que nos permite interactuar con personas que no por avatares de la vida no podíamos ver, o seres queridos que tenemos a gran distancia. No obstante, también hemos convertido este contacto virtual en el preponderante con la gente con la que podríamos encontrarnos físicamente. He ahí el problema: no son los avances, sino el uso que hacemos de ellos… y los seres humanos tendemos a errar el tiro.
Otros dos abrazos para ti, Estrella.
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Pingback: Una especie loca – BASIC NATURE
Muy acertado el cuento y la entrada. Ciertamente nos enfrentamos a un mundo cambiante y de dificil permanencia en él como seres libres; las multiples herramientas de las que actuualmente disponemos, son tan sofisticadas y cambiantes que ponen en peligro nuestra libertad y es posible caigamos en la dependencia de las mismas, con el peligro de anular nuestras mentes. Me ha gustado !!
Un saludo.
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Completamente de acuerdo en todo, Parri, y sobre todo teniendo en cuenta que la humanidad tiene la propiedad de acabar utilizando sus avances en perjuicio de unas colectividades para favorecer a otras.
Gracias por el comentario, ¡un saludo!
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Muy bonito y buena música. Un cordial saludo
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Muchísimas gracias, Mariloli, estamos encantado de tenerte por aquí. ¡Un saludo!
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No te preocupes que una especie más loca que la nuestra es IMPOSIBLE. Hemos alcanzado las mayores cotas de incongruencia y miseria que se puedan imaginar. También cosas fantásticas, por suerte. ?:)
Por mi parte lo que con más ansia espero son robots políticos (y «robotas» políticas), puesto que en ese campo solo se puede ir a mejor.
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Y aunque existiese una especie con la misma capacidad cerebral o mayor, seguiría siendo incapaz de estar más loca que la nuestra, tienes toda la razón.
No obstante, queremos hacerte una puntualización. Ya tenemos robots que pueden hacer mejor política que los actuales mandamases humanos: la thermomix. Vale que no iba a firmar grandes leyes, pero teniendo en cuenta que los políticos solo promulgan decretos en perjuicio de la población, saldríamos ganando.
Gracias por comentar, Manuel. ¡Un saludo!
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Jajajajaja, Si no podemos tener buena política, al menos un buen «salmorejito».
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Excelente tu trabajo. Es así… lo veo con los celulares y esa adicción – para mi loca – de estar en una reunión y dejar de hablar para subir material a Facebook. Somos esclavos de aquello en que confiamos… nos liberaría… Me encanta tus reflexiones.. Walter. desde Uruguay.
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Muchas gracias por tu comentario, Walter. ¡Un saludo!
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Es una elección personal, después de todo, el dejarse atrapar o no por este sistema tecnológico que tanto aporta si sabes usarlo.
Me entristece leer que realmente creeis estar atrapados por las tecnología, pero es tan solo un pensamiento.
Vale que facebook te fríe a llamadas como no te asomes, pero es tan sencillo como no mirar salvo que te interese utilizarlo
Tengo unos cuantos calendarios pero lo mismo que no me doblegué con 15 no lo hago con 60
¿ De verdad le dais el poder a «lo otro»?
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Buenas noches Esther:
«creeis estar atrapados por las tecnología, pero es tan solo un pensamiento».
La verdad es que con el tiempo hemos ido transformando ese pensamiento hasta hacerlo irreconocible. Ahora, ha degenerado en una catártica forma de comportamiento análoga a lo que podría ser el síndrome de Estocolmo, donde nos sentimos especialmente atraídos por nuestro captor (las nuevas tecnologías).
Es probable que la libertad de elección sólo exista dentro del Sistema ya que, fuera de él, únicamente se sobrevive.
Un saludo y gracias por animarte a comentar.
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Pingback: Una especie loca — Las crónicas del Otro Mundo – Viajando y Ayudando
Reblogueó esto en Ace Friends & Bloggers News.
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Well said!
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la verda es que cada vez que leo lo que has escrito me quedo bien pensiva
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No pienses demasiado, o en su defecto, no lo hagas en voz alta. A los que mandan no les gusta que lo hagamos. 😉
Gracias por comentar, un saludo.
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d* tiva*
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Reblogueó esto en après-pensées.
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