“— Lobo… Creo que debes quedarte y luchar.
El perro que se consideraba su hijo se le quedó mirando con una mezcla de estupefacción e incredulidad, algo que no tardó en convertirse en vehemencia.
— ¿Qué cojones has bebido esta mañana para desayunar, Gill? ¿Tú también quieres matarme? ¡Te has vuelto loco, es una epidemia y os estáis volviendo todos locos! ¿Qué cojones estás diciendo, Gill?
«Ojalá estuviera loco de verdad», pensó su padre adoptivo. Se tomó un momento para seguir con lo que tenía que decir, esperando a que Lobo se calmara un poco.
— Lobo, escúchame. Quizá sea culpa mía en el fondo, porque a fin de cuentas fui yo el que llevó a casa aquel arco cuando no eras más que un cachorro. Pero desde la primera vez que lo tuviste entre las zarpas te convertiste en arquero —sopesó qué decir a continuación, y tras un momento de reflexión continuó —. Dime una cosa… aparte de aquel moscardón, ¿has fallado alguna vez un disparo en tu vida?
Lobo no contestó. Ambos conocían la respuesta. Gill, aunque no quería tener razón y esperaba ser rebatido por argumentos opuestos a los suyos, prosiguió con su razonamiento.
— Ahí lo tienes. No eres un arquero. Eres el arquero. El mejor arquero que existe. Y tú lo sabes.
Lobo volvió a guardar silencio. Sabía perfectamente que tenía razón. No se trataba de un ejercicio de arrogancia ni de prepotencia. Simplemente era el mejor arquero que existía, y ambos lo sabían.”
Un día ambos comenzamos a escribir por turnos. Sin más, por aburrimiento. No es que no lleváramos un bagaje detrás, aunque no supiéramos demasiado bien cual era. ¿Quién sería capaz de recordar cuales fueron aquellos primeros párrafos, esos que tras ser releídos por el tierno infante que les dio forma le hicieron comprender que unir palabras según su propio criterio le gustaba? Pero ese bagaje ya estaba ahí, y esa colección de pensamientos plasmados en papel e ideas potencialmente enorgullecedoras, siempre entorpecidas por un tiempo que las dejaba suspendidas sine die y una vida que las abandonaba sin desarrollar, llevan al que los tiene a definir una relación tan profunda con un mero “yo escribo” o un simple “me gusta escribir”.
Y eso era más que suficiente.
Un día ambos comenzamos a creer. Empujado uno por el otro, vimos una historia mucho más amplia que cualquier otra cosa que hubiésemos escrito ninguno nunca, y la deserción ya no era tan factible como antaño. La vida no te obligaría a abandonar una historia a medias, sino a abandonar una amistad completa, con lo cual la única huida posible era hacia delante. Y también hacia el enfrentamiento, una vez no puedes mirar atrás ya.
Todo escritor combate con su obra. Escribes una frase, la lees, y ella te responde “no soy tan buena como debería ser, y tú lo sabes”. A veces con tono burlón, picándote, intentando exprimir todo tu potencial; en otras ocasiones con talante demasiado serio, demasiado grave, como queriendo explicarte que no eres digno de estar delante de ella: que no vales para esto. Párrafo tras párrafo tu propia creación te reta, y si la inexistente voz de esa frase te convence puedes decidir entre perseverar o retroceder para tomar impulso: obcecarte con el mismo párrafo y darle todas las vueltas posibles hasta que al fin te conteste “ahora sí; puedes continuar”, o borrarlo de un plumazo y construir uno nuevo tras apuntalarlo con otros cimientos, respectivamente. En el Otro Mundo somos uno de cada, dicho sea de paso, y nuestras formas de escribir también han sido nuestras armas para batirnos en duelo: la extenuante obstinación en el perfeccionamiento de algo ya escrito por el simple hecho de que ese algo está efectivamente escrito, contra la ininterrumpida y constante erupción de nuevas ideas, planteamientos y argumentos, cuyo resultado consistía inevitablemente en ir sumando tramas incompletas. Dos formas irreconciliables de acometer un relato, que por alguna extraña razón funcionaron juntas mejor que por separado. El escritor inmovilista, el que no era capaz de crear una historia por verse detenido a cada paso por esas malditas frases parlanchinas, se vio empujado a continuar la historia para no quedarse atrás, para no verse relegado a un segundo plano por otro autor incapaz de detener su desbocada imaginación, que a su vez tuvo que refrenar aquella alocada creación de nuevas tramas para que los párrafos de ambos pudieran cohabitar con criterio en una misma obra. Y terminamos nuestra historia, y la leímos una y otra vez, y nos sentimos satisfechos del trabajo hecho.
Y eso era más que suficiente.
Mentira.
Eso nunca había sido suficiente. La satisfacción es la antesala de la vanidad. De definirnos tímidamente con un escueto “yo escribo” o “me gusta escribir” pasamos a decir “yo soy escritor” tantas veces como era posible, independientemente de que dicha afirmación tuviera cabida en el contexto que se produjera. Nos dimos cuenta de algo que era obvio desde el momento en que escribimos por placer el primer párrafo de nuestra vida: somos escritores, queremos ese reconocimiento. No somos como Lobo, no somos los mejores ni nunca lo seremos, pero como él, sin arrogancia ni prepotencia, sabemos lo que somos. Somos escritores, y aunque quizá siempre lo hayamos sido, queremos que nos lo reconozcan. Vanidad, simple y llana vanidad.
Pero sois vosotros, nuestra/vuestra Legión, los que nos habéis llevado a confesar dicha debilidad, o lo que se supone que es una debilidad en oposición a la autorrealización, esa que tanto vendemos que es nuestra meta mientras seguimos buscando con ahínco el reconocimiento ajeno. ¿Qué habéis hecho para ello?
Desear el reconocimiento ajeno tanto como nosotros lo hemos hecho desde hace un tiempo. ¿Cómo? Con descaro, dado que se (n)os ha brindado a todos, habitantes de este universo concreto, una oportunidad perfecta para ello.
X Premios 20blogs – Blogosfera – Las crónicas del Otro Mundo
20minutos ha abierto el compartimento de la caja de Pandora dedicado a la soberbia, desatando la vanidad a lo largo y ancho de la blogosfera. Y nosotros no somos santos ni nos sometemos a ningún voto que nos castigue al sentir este pecado capital: somos escritores, y queremos ese reconocimiento. En un principio este blog estaba destinado únicamente a promocionar una novela, pero no cabe duda de que poco tardó en mutar hacia un espacio que pretendía mostrar algo más, algo de nosotros mismos a través de personajes o fragmentos que originariamente no lo reflejaban. Es decir: del mismo modo que ‘Las crónicas del Otro Mundo’ nos convirtió en escritores, discretamente ha trascendido para convertirnos también en blogueros, y ello nos lleva a otra confesión: somos blogueros, y queremos ese reconocimiento.
Como Lobo, no se trata de un ejercicio de prepotencia ni de arrogancia. Es vanidad, simple, llana y pura, y deseamos lograr ese reconocimiento. Si consideráis que vale la pena votar en ese enlace, nuestro ego estará encantado, y si no creéis que lo merezca, haced como haríamos nosotros mismos: ignorarlo. Pero aunque creamos que puede incluso resultar deshonesto, nuestra vanidad os invita a meditar si vale la pena o no. Somos escritores y blogueros, y disfrazando con humildes ropajes en cordiales entradas dicha necesidad, exigimos ese reconocimiento. En mayor o menor medida, siendo más o menos explícitos, susurrándolo o gritándolo a voces, todos buscamos ese reconocimiento.
Y es válido negar este hecho… aunque probablemente quién lo haga esté mintiendo.
Reblogueó esto en Manuel Aguilar.
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Pingback: El vigésimo pecado capital – Manuel Aguilar
Gracias por compartir!
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Blogueros que nos gusta escribir, con esto esto hay suficiente.
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Por supuesto, es una forma de verlo y está claro que todos los que empezamos a escribir lo hacemos para nosotros mismos en un comienzo. Ahora bien, pensamos que una vez acometemos un blog, cada like sumado en una entrada siempre refuerza nuestra autoestima.
Un saludo!
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Felicitaciones, se lo que se siente. Yo también soy bloguero, y sin arrogancia soy escritor.
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Muchas gracias, Eduardo. Y como bloguero y escritor sin arrogancia ni prepotencia, enhorabuena por cada like sumado que te lo reconoce.
Un saludo!
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¡Muy cierto! Somos escritores y blogueros, y es un gran estímulo que así se nos reconozca… 🙂
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Lo suscribimos 100%, no vivimos para ello pero nos encanta recibir likes en cualquier entrada.
Un saludo, escritora y bloguera!
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Reblogueó esto en ' Ace Friends News 'y comentado:
Nice to see you write another post l can share with friends thanks Ian
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HOLA LAS CRONICAS DEL OTRO MUNDO: PASA A BUSCAR TU MUY, MUY- MERECIDO PREMIO CON TODO MI AGRADECIMIENTO Y RESPETO POR MI BLOG.
CON TODO MI CARIÑO,
MARCIAL
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Muchísimas gracias por el premio, Marcial, nos sentimos muy orgullosos de que consideres que lo merecemos.
Un saludo!
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Claro que sí! Merecen el reconocimiento.
Lo hacen muy bien,
Y aprecio y valoro su trabajo.
Enhorabuena! !!
Un abrazo y saludos
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Muchísimas gracias, Esperanza, nosotros también apreciamos y valoramos comentarios como el tuyo, pues nos enorgullecen de lo aquí plasmado.
Un saludo!
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Pingback: El vigésimo pecado capital | FRANKYSPOILER´SCRT
Pls follow and advertise my blog
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Congratulations on your award. Thank you for visiting my site and following me. I am humbled that such a strong blogger who creates posts that make a big impact has taken the time out to look at my site.
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Thank you for your following, Maria, and congrats for your site and your beautiful Bob. Greetings!
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My sincere apologies in not being able to undestand the language! However, that isn’t stopping me leaving a sincere thank you for your recent decision to follow Learning from Dogs!
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Thank you for your comment, Paul, and congrats for your site. Greetings!
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Reblogueó esto en Espectaculos Alamod.
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Gracias por compartir!
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Thanks for the follow! I’ll follow along as well as I can with the Spanish. 🙂
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Thank you too, C. M., and congrats for your site!
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🙂
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Estoy mintiendo, aunque sea razonable, aun el ticket de mi primer amor esta dentro de un libro y cada día… soplo saludos no se si Estimada7o o Estimados soc j re
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Los recordatorios del amor, esos tan difíciles de erradicar aun pasen lustros, décadas, eones…
Ambos estimados te mandamos un saludo!
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Hola, por cierto es posible de disponer de un artículo vuestro para publicar con otro mio en mi blog, lo hago con muchos autores. No respondais enseguida… bueno sí, he empezado a comerme las uñas saludos cordiales j re
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Pues si ese es tu parecer, ¿quienes somos nosotros, insignificantes mortales, para negarnos a recibir algún tipo de difusión gratuita en cualquiera de nuestros escritos? Encantados estamos.
Un saludo!
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Estimados mortales… elijo uno que me agrade? para citarlo me imagino que aparece el nombre? O me propnen uno? Es domingo y estoy pregunton. dispongo de una fecha libre para el sabado 5 marzo para publicarlo en el blog. espero respuesta j re
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Haga el favor de disponer libremente del escrito que mejor papel le haga para su propósito, faltaría más, con su título y procedencia si es posible. El 5 de marzo es una inmejorable fecha, tan inmejorable como cualquier otra
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Pues cof cof… Ese día 5, a las 5, 5 minutos antes os enviare un link del suceso respetare el autor o autora elegido y nombrare el blog, o sea a como se dice en catalan a vosaltres saludos j re
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Hola!
Muchas gracias para visitar mi pagina 🙂
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Gracias a ti, Bambang, y felicidades por tu blog. Un saludo!
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De nada 🙂 un saludo de Indonesia tambien
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Reblogueó esto en James' World 2.
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Reblogueó esto en laprincesayaseve.
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«La satisfacción es la antesala de la vanidad.»
That’s terrific. I enjoyed this. Find your voice and don’t give up!
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Thanks for your words, we will obey you: we’ll never give up! Best regards!
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Yes Ma’am. Good luck… I may have to take your advise myself 🙂
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Pingback: El vigésimo pecado capital | By the Mighty Mumford
Thanks for sharing!
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Pingback: Make LCDOM Great Again – Las crónicas del Otro Mundo
No cabe duda que eres una escritora genial A la prueba me remito.
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Muchas gracias por el halago! No obstante somos dos escritores, Carlos y Adrián. La chica azul omnipresente en el blog es Vistinu, una protagonista de nuestra novela y de paso portada de la misma.
Un saludo!
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Pingback: We have a dream: Premios Blogosfera 2017 – Las crónicas del Otro Mundo