Microrresurrección

Tras tres meses sin actualizar el blog del Otro Mundo, un nuevo comentario asaltó la campanilla de notificaciones, uno respectivo a un post publicado en julio pasado. En dicha entrada, una tríada de microrrelatos se perpetuaba en su espacio binario sin mucho más que aportar a la existencia, mas dicho comentario las rescató de su particular olvido para echar flores sobre los tres escritos.

Y eso es algo que ilusiona, ¿verdad? Tras transcurrir tanto tiempo, que alguien se fije en algo tuyo y utilice su tiempo para decirte “lo has hecho bien” te mueve a actuar, o al menos te despierta las ganas de hacerlo. Porque ¡qué lastimica de Otro Mundo, ahora tan abandonado, con lo majo que era! Pero bueno, las cosas fluctúan y las motivaciones van y vienen (¿o tal vez sea la inspiración?), así que ese estado de páramo cibernético de LCDOM, aunque no inamovible, no dejaba de ser una realidad. Sin embargo, ese mero comentario, diciendo cosas bonitas sobre tres narrativas breves mucho tiempo después, hizo brotar un pequeño deseo: “Ay, ojalá rascase algo pronto en algún certamen para actualizar LCDOM con algún micro” (nota: el “Ay” es opcional, no hace falta decirse “ay” al principio para desear algo).

Como plasmó para la posteridad Ralph Waldo Emerson, “Una vez tomas una decisión, el universo conspira para hacer que suceda”, que seguro que es una frase que no os suena de nada desde la aparición de los coaches de vida, así que la suerte estaba echada, porque yo me había dicho anteriormente “Ay, ojalá rascase algo pronto”, etcétera. Bueno, no; no os voy a engañar porque el universo no tuvo nada que ver: fueron dos otolitos de corvina, que no los perdáis de vista, porque desde que el pescadero los arrancó del difunto pez y se los entregó a la murciana (que la escena, narrada por la susodicha, tuvo que ser como para verla), esta semana se les ha ido de las manos lo de ser amuletos de la suerte… y entre sus milagritos de andar por casa todos inmersos en un plazo de 72 horas, hemos rascado algo en un concurso, y si lo juntamos con lo otro del otro mes y tal, parece que, casi cien días más tarde, se puede actualizar el Otro Mundo con otra tanda de microrrelatos.

La vida en ocasiones resulta bastante curiosa…

He aquí la nanotrinidad prometida:

PROFECÍA AUTOCUMPLIDA

Se habían ganado a pulso aquel positivo. Tras la enésima ola de la maldita pandemia, habían permanecido sin mascarilla junto a unos parientes lejanos. Días más tarde, supieron que estos habían sucumbido al virus. Aún tardaron horas en padecer una tos comprometedora… El test dio negativo, y la euforia les llevó a entregarse a la lujuria con frenesí.

Semanas después, una náusea matinal les recordó que, con los nervios del posible contagio, olvidaron esa toma de la píldora anticonceptiva. Aguardaron inquietos la primera orina de la mañana, pero aquel negativo mereció celebrarse en un bar. Conduciendo de regreso a casa, toparon con un control de alcoholemia.

Se lo habían ganado a pulso…

Antología IV Concurso Literario “Camp de Túria”

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LA ENÉSIMA ÚLTIMA VEZ

De alguna insondable manera había logrado zafarse de su formidable adversario, pero sabía que apenas le restaba tiempo hasta que este volviera a someterlo bajo su yugo: cada segundo valía oro. Necesitaba enviar un último mensaje a su entonces ausente ángel de la guarda, pero su abotargado juicio era incapaz de ubicarse en aquella estancia, cuyos rasgos se le antojaban cada vez más esquivos. Se demoró más de la cuenta en encontrar un bolígrafo y un trozo de papel sobre el cual plasmar su postrer comunicado, pero, tras hallar por fin ambos objetos, su temblorosa mano comenzó a esbozar dicha misiva.

La demencia volvió a nublar la mente del octogenario apenas tres letras después, quien, sumido de nuevo en la confusión, perdió la enésima última ocasión de decirle a su hija que, a veces, aún la recordaba.

Mención X Certamen de microrrelato ‘Realidad Ilusoria’

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ESA CAJA DE PANDORA

Me pregunto si los piratas experimentaban tal impaciencia al zarpar en busca de sus ignotos cofres repletos de oro y joyas sin dueño, o si los cosmonautas sentirán semejante excitación al aproximarse a su lanzadera; en cierto modo, compartimos rumbo a lo desconocido. Yo, por mi parte, al atisbar el ajado cartel de esta singular edificación, la inenarrable exaltación que precede a una nueva aventura recorre todo mi ser. A mis amigos les embarga otro tipo de emoción mucho más decepcionante, pues a ellos no les agrada en absoluto que frecuente este lugar; dicen que, a veces, los abandono durante semanas. Pero ellos se lo pierden: yo necesito sentir a menudo la emoción de las correrías que me proponen en esta especie de refugio. No puedes estar seguro de lo que te aguarda en el interior de esa caja de Pandora: un romance demasiado absorbente que acabará en tragedia, una conspiración que englobará a las más altas esferas… en más de una ocasión, solo el asesinato concluirá la empresa. Pero dicha vorágine de intrigas jamás detendrá mis pasos, mas bien al contrario.

Nunca dejaré de internarme en las entrañas de este atemporal templo bautizado como biblioteca.

2º Premio IV Certamen de Microrrelatos ‘Leandro Perdomo Spínola’

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Queda actualizado y, por tanto, inaugurado el blog en el presente 2023, lo cual nos invita a deciros a todos: ¡Hola, amigos! Aquí estamos un año más con vosotros.

Y que dure…

Pd. Ya que es el certamen en el cual los otolitos nos ayudaron a rascar algo y, por ende, el que hace germinar esta entrada, os enlazamos el blog del X Certamen ‘Realidad Ilusoria’ para que también os solacéis con el resto de menciones, finalistas y premiado. No, no hace falta que nos déis las gracias.

Dádselas a la corvina…

35 comentarios en “Microrresurrección

  1. Hola, van los saludos atrasados: feliz navidad, feliz año nuevo y feliz regreso a la comunidad.
    El primer microrrelato me hizo reír, el segundo me dejó melancólica y el tercero alce una copa imaginaria a su salud como el ratón de biblioteca que soy.
    Espero siga la inspiración, siempre es un placer leerlos. Saludos 🙂

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    1. Muchos saludos atrasados que nos sentimos agradecidos de recibir, ¡faltaría más! Respecto a los micros, aparte de agradecerte la atención, resulta cierto que las bibliotecas son una de nuestras temáticas favoritas a la hora de plasmarlas, aunque al tema de LEUV también le solemos dar bastantes vueltas y está bastante presente al escribir por aquí.
      (Al primero no; evidentemente es una tontería surgida a raíz de una frase que había que colar en un micro en cierto certamen, pero por lo visto ha colado)
      ¡Saludos de vuelta, al fin!

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  2. De alguna forma escribir un blog es lanzar pequeñas botellas de cristal a un océano inmenso esperando que alguien se entere de nuestra existencia…

    Me ha gustado sobre todo el último relato, me ha imaginado un mundo apocalíptico con edificios en ruinas comidos por la vegetación y alguien huyendo de todo eso entre las ruinas de una biblioteca….

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    1. Pues lo cierto es que no era esa la ambientación que tenía en la cabeza a la hora de plasmarlo, pero no deja de ser un punto de vista interesante, además de lo bonito que resulta que las letras que uno plasma sean reinterpretadas por los demás para extender su significado.
      Muchas gracias por pasarte, ¡un saludo!

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  3. Pingback: Tempus fugit – Las crónicas del Otro Mundo

  4. ¡Menudo trío de relatos!
    En clave de humor, el primero nos demuestra que, si no dejamos de intentarlo, conseguimos lo que nos proponemos. Consciente o, más bien inconscientemente, los protagonistas insisten en arriesgarse para sufrir las consecuencias que ese riesgo conlleva; y, a la tercera va la vencida, obtienen su premio.
    Imagino la desesperación y la ansiedad del protagonista de La enésima y última vez. Las demencia senil, el alzheimer… los considero unos de los peores enemigos, tan terribles que no me gustaría tener que lidiar con ellos.
    El último relato, bueno… está claro que muchos de nosotros no podemos dejar de internarnos, aun que sea de vez en cuando, en esos templos de la sabiduría que son las bibliotecas.
    Tres piezas narrativas con diferentes tipos de mensajes, pero que tienen en común el hecho de estar escritas con una destreza tal, que consiguen provocar en el lector esas sensaciones para las que fueron creadas.
    ¡Enhorabuena!
    Un abrazo.

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