Diario de cuarentena vol. VII

Si hacemos las cuentas con los dedos, contando la periodicidad del diario en wordpress, los días que restan de desescalada y aplicamos el método hipotético·deductivo sin que haga falta pero le suma credibilidad, arribamos con este séptimo volumen al que va a ser el penúltimo capítulo del Diario de cuarentena. Sí, lo sé, echaréis de menos a la murciana… al menos más que yo, que (todavía) estoy condenado a coprotagonizar sus andanzas ilicitanas. De momento, podéis analizar la retrospectiva desde el inicio del diario y sus posteriores secuelas II, III, IV, V y VI. Vamos, que añadimos un spin·off por en medio y esto es casi la saga de Star Wars. En fin, desvelemos el penúltimo episodio:

CUARENTENA. DÍA 80
Lo que no me ha quedado muy claro, a tenor de la realidad objetiva, es si ayer comenzó la fase 2 o los juegos del hambre. Bueno, los juegos del hambre al revés: la gente no lucha por permanecer con vida, sino lo contrario. La nueva normalidad, por lo visto, consiste en lanzarse los unos contra los otros en cuanto se divisa una calzada, independientemente de si conduces un coche, una moto, una bicicleta o un par de alpargatas. Los peatones no renuncian al asfalto conquistado durante la cuarentena, y se niegan a dejar de cruzarlo cuando les viene en gana a pesar de que vean arribar a Mad Max a doscientos y pico por hora. Que, por otra parte, tiene el semáforo en luz verde aunque quintuplique el límite de velocidad, sin que eso signifique que lo parezca, porque, al mismo tiempo, dos motos, una por cada lado, lo adelantan sin que su repentina aparición disturbe al del patinete al que han rozado todos (sí, todos, los tres) al pasar, que, más feliz que nadie y a cuerpo descubierto, simplemente se proyecta hacia adelante mientras realiza cábalas mentales acerca de:
a) ¿Será hoy el día en que me lleven por delante?
b) El que lo haga, ¿será máquina o peatón?
c) Cada vez que culmino un reparto, ¿me dan propina o limosna?
En fin, tributos ilicitanos: bienvenidos a la Avenida de Novelda.

Lawless Road
Partiendo en dos el barrio más pobre de España, ¿cómo no iba a ser la highway to hell?

CUARENTENA. DÍA 81
Pues eso, que por aquí estamos todos muy contentos de que con el inicio de la fase 2 podamos ir volviendo poco a poco a la normalidad, sobre todo con los vecinos que, por fin, han podido retomar las reformas y los martillazos inmisericordes desde las ocho de la mañana…

CUARENTENA. DÍA 82
(Discusión de los vecinos)
-¿No me habías dicho que no me ibas a hacer nada? ¡Pues no me hagas nada! Saca la caballa y déjala ahí encima, que después me haré yo algo.
-No te voy a hacer nada, no. ¿Quieres la caballa o no?
-¡No!
-¡Pues vete a la mierda!

¿Os dije o no que habían comenzado los juegos del hambre? ¡Ahí los tenéis, literalmente!

CUARENTENA. DÍA 87
La cuarentena ha alcanzado el 9 de junio, festividad por todo lo alto en nuestro hogar murcilicitano, pues se celebra el Día Internacional de los Archivos. Y es que el dúo cómico sentimental este en el que nos hemos convertido ya era antaño un dúo cómico semiprofesional, cuando en la Universidad de Murcia en nuestros años mozos (más mozos suyos que míos, porque en realidad yo ya no tenía edad universitaria, pero hay que quererme igual) trabajábamos de becarios en el Archivo del Rectorado, donde éramos conocidos como «los de la bata» (claro que preguntarnos en nuestra cara «¿Vosotros sois los de la bata?» cuando aún la llevábamos puesta parece que ponía sobre aviso a la concurrencia, pero bueno…). Eran tiempos emocionantes y felices, en los que teníamos sueños por delante y creíamos en un futuro boyante y lleno de posibilidades, pero décadas después resulta que somos pareja en el barrio más pobre de España: lo contrario, vamos. Y lo más chocante es que sigo sin entender nada de lo que dice la murciana, que ya debería tener experiencia…
Resumiendo: ¡feliz Día Internacional de los Archivos!

Los de la bata
¿Es cosa mía o las cajas de detrás se estaban riendo de nosotros?

CUARENTENA. DÍA 90
Siguiendo las enseñanzas de la Roma clásica, pan y circo, hoy retorna la competición futbolística al club de mis amores, y eso me hace sentir… triste, muy triste, porque eso significa que se va a romper la racha de imbatibilidad de mi equipo disfrutada durante la pandemia. A ver, conociendo como conozco a mi plantilla, sé que si lo dan todo en el campo, si despliegan todo su talento y juegan como ellos saben… nos va a caer una goleada en contra, y yo, tras tres meses de calma chicha, ya he perdido la costumbre de permanecer impertérrito ante las debacles deportivas. Si yo fuese el entrenador la táctica sería clara: conforme el árbitro pite el inicio del partido, un jugador se tragará sin querer un mosquito, lo cual le producirá un ataque de tos que todos confundirán con síntomas del coronavirus. Se suspenderá el partido, y todos los jugadores y equipo arbitral se pondrá en cuarentena hasta el final de la competición, logrando que el club permanezca invicto hasta el final de la temporada. Si es que yo no sé cómo no me fichan como director deportivo.
AMUNT VALÈNCIA!

CUARENTENA. DÍA 91
Anoche, por primera vez tras establecerse el estado de cuarentena, estuvimos de visita en casa ajena. Y me he levantado con resaca, que, así a bote pronto y con la información previa que manejáis, os puede parecer hasta normal.
Pues os lo parecerá a vosotros, porque no bebí ni alcohol, ni refrescos, ni una mala burbujita, ni un líquido amparado por cubitos, ¡ni una rodaja de un cítrico siquiera! Bebí agua rasa en un vaso limpio (o eso espero) y aun así me he levantado con resaca. Parece obvio, tras aplicar el método hipotético·deductivo, que anoche mezclé tras meses de deshabituación. Sí, me mezclé con más personas de las que estoy acostumbrado y ahora eso me produce resaca, así que voy a tener que reducir el consumo de semejantes.
El mundo postpandemia se me antoja extraño…

CUARENTENA. DÍA 93
Hoy, con el inicio de la fase 3, arrancamos la recta final de la desescalada, y puede ser un buen momento para comenzar a extraer conclusiones sobre el confinamiento. Ahí va la primera: he descubierto que lo que más me gusta de cocinar es no hacerlo. No es que no lo sospechase de antemano, pero la hipótesis ha sido ampliamente contrastada. Aunque realmente mis dotes culinarias se reducen a meter cosas dentro de una olla y dejarlas hirviendo hasta el fin de los días, así que no sé hasta qué punto podría aseverar que lo que se supone que he hecho es cocinar (eso también lo sospechaba de antemano). No obstante, si hay algo que no me ha desagradado en estas lides ha sido bautizar los platos que elaboraba, aunque haya sido porque no me ha quedado más remedio… Cuando la murciana me preguntaba «¿Qué comemos hoy?», al tercer día que respondí «No sabría decírtelo» se mosqueó y me habló en su idioma (o sea, que a saber lo que dijo), por lo que hube de idear etiquetas plausibles para lo que metía cada vez en la olla. Entre mis recetas estrella (¿?) se encuentran Veganismo de abuela en la consulta, Mejunje montañés y Mejunje montañés con tomate (los más avispados ya habrán descubierto el sutil matiz que distingue estos dos platos), La leyenda del pollo borracho y, como no, Veganismo de abuela en la consulta volumen II: la venganza. Para este último plato es necesario que ocurra un milagro, como me ha pasado a mí: compré un bote de acelgas que, aprovechando la intimidad de la despensa, ha decidido mutar a bote de espinacas porque él lo vale, como L’Oréal. La otra hipótesis, esa de que me pude confundir en el supermercado al coger un mísero bote lleno de cosas verdes, ha sido descartada porque un fallo tan tonto sería impensable (en realidad lo impensable no es que lo haya cometido, sino que admita haberlo cometido, pero eso es otra historia).
Pd. Si a alguno os suena extraño como nombre de plato «mejunje», que sepáis que la murciana lo llama «jerimoje». ¿A qué ya no os suena tan raro lo primero, eh?

37 comentarios en “Diario de cuarentena vol. VII

    1. Todo el mundo preocupándose por la pobre murciana siempre… ¿Y yo qué? ¡Si lo único que hago es recibir palos en facebook por parte de toda la Región de Murcia, que sale en defensa de mi consorte! Ayer intentaron convencerme de que la murciana había sido muy certera con el vocablo «jerimoje». ¡Certera, con una palabra que no existe! En realidad soy un mártir moderno, pero no se me reconocer.
      Respecto al Gio Gio, supongo que será que las cajas murcianas se ríen así en su idioma. Es igual que el ladrido de los perros: cuando estaba en el instituto, en el libro de castellano los perros ladraban «guau guau», y en el de valenciano el mismo perro ladraba «bup bup». ¡Y yo toda la vida escuchando ladridos iguales! Lo único que saqué en claro es que el perro de los libros de texto era políglota…

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    1. Respuesta 2) Pues gracias por lo que me toca, aunque todo el mérito es de mi consorte murciana (o eso dice todo el mundo, aunque yo insista en que también aporto mi granito de arena). Respecto al tema literario, este blog nació con la premisa de publicitar la novela homónima ‘Las crónicas del Otro Mundo’ (si buceas un poco por los posts te encontrarás algún fragmento perdido por ahí), aparte de otros relatos, pensamientos y, como no, cuarentenas, que están de moda.
      ¡Gracias por pasarte!

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    1. Vamos a saltarnos el orden cronológico de llegada a la hora de responder tus comentarios, porque así como que parece más ameno:
      Respuesta 1) WordPress (creo que por defecto) establece que no se fía de los comentaristas que nunca han hecho acto de presencia en blogs tan maravillosos como el nuestro, y deja ocultos los comentarios hasta que el administrador se pasea por el blog y comprueba que no le está haciendo spam ningún príncipe nigeriano. Así pues, como nunca habías comentado en LCDOM, tras enviarlos, tú no veías tus propios comentarios… pero ahora que estamos aquí, nosotros sí. ¡Y prometemos no borrarlos! (bueno, por lo menos mientras quede espacio, no vaya a ser esto como la memoria del móvil). Ahora que el polígrafo nos absuelve del delito de borrado, vamos con la prueba 2.

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    1. Pues a través de internet, tanto en Amazon como en la web de la editorial tienes disponible la novela tanto en formato papel como digital. En cuanto a librerías físicas en Madrid con LCDOM, te paso el enlace de la editorial donde expone los puntos de venta, aunque ya te adelanto que la librería de referencia de la editorial en Madrid se llama Librería Gaztambide.
      ¡Gracias por el interés!

      https://editorialamarante.es/distribucion/distribucion-global

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  1. La verdad no encuentro fallos en su lógica respecto a la estrategia para que tu equipo siga invicto toda la temporada, no sé como no han tocado a tu puerta ofreciéndote un contrato de director técnico.
    En la foto parecen científicos o profesores de biología. Las cajas obviamente se estaban riendo, por eso de que cuando te sacan foto te lo piden. Las cajas sólo estaban siguiendo la corriente, igual también puede ser porque tienen escrito GIO y si lo repites muchas veces hasta parece una risa (total que Goofy también se ríe de forma extraña, asique las cajas están cubiertas)
    Mejunje es la palabra oficial para nombrar platos de dudosa elaboración, si es que en mi familia estamos acostumbrados (lo que sobra a la olla y tachán ¡Mejunje!) Mi favorito de los que mencionas es: Veganismo de abuela en la consulta volumen II: la venganza. Lo juro qué buen título.
    Gracias por hacerme reír y sobrellevar mejor la cuarentena. Saludos a la murciana y a ti también 🙂

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    1. Atención, spoiler: se podría decir que esas cajas que se ríen en la foto también aparecen en la novela de LCDOM. Cito textualmente un fragmento del libro: “’Las aventuras de Trompo y Burri’ era una serie que narraba las andanzas de un elefante y una burra que trabajaban juntos en una especie de almacen repleto de cajas”. En dicha referencia clara a aquella época, yo sería Trompo porque de vez en cuando me dedicaba a hacer ‘trompos’ (o giros bruscos, no sé si en aquellas latitudes ese vocablo tiene un significado similar) con el carro de transportar cajas , lo cual, aún no sé el porqué, indignaba a mi murciana compañera de trabajo. En otras ocasiones me insultaba en diminutivo llamándome ‘burri’, con lo cual ella nos bautizó a ambos en el spoiler (pero el Burri se lo transferí, que yo no podía ser ambos personajes). Y así quedó plasmada para la posteridad nuestra época en el archivo, a pesar de que en LCDOM las cajas no se riesen (no le pegaba a la historia…)
      En el mejunje titulado ‘Veganismo de abuela en la consulta volumen II: la venganza’, si no recuerdo mal, creo que dicha venganza consiste básicamente en utilizar calabaza y zanahorias en lugar de patatas, y espinacas en vez de acelgas. El resto de ingredientes me los reservo para un futuro libro, ‘La cocina del Otro Mundo’.
      Gracias a ti por permanecer cerquita, ¡saludos!

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    1. Cuando tienes razón, pues tienes razón, aunque en realidad nunca fue ningún secreto que llevase Murcia en el corazón. De hecho, en este mismo blog, existe una entrada de hace casi cuatro años titulada ‘Cruel’ en la que se explicita el cariño por esa ciudad y esa gente; no obstante, nunca se llega a pronunciar su nombre.
      Con que ellos lo sepan es más que suficiente, ¿verdad?

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  2. Me quedare con la incógnita (por lo pronto) de si la arreglada del nido será por un posible futuro habitante de este planeta, que esperemos le gusten las lentejas y los calamarcitos…y también el jerimoje 😉… me ha encantado leerte, abrazos…por cierto, si pintó de azul o de rosa preocupate…saludos a la murciana.

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    1. No puedo realizar un spoiler rotundo acerca del nido dado que se aproxima la última entrega del diario de cuarentena, y una de sus páginas habla del tema. Aunque también te digo que, si hay un posible retoño, tampoco estaría de más que me fuese enterando, que ya va siendo hora.
      Saludos a la murciana entregados y reenviado acuse de recibo. ¡Gracias por pasarte, saludos!

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  3. Muy guapos los dos, esa murciana con esos ojos tan vivos, tiene que ser la bomba… Y tú también, se te ve con muy buena pinta.
    Ha sido un placer seguir la cuarentena a través de tus reflexiones, me has hecho pasar muy buenos ratos. Y estoy de acuerdo contigo, cuando no gusta cocinar, ni una cuarentena lo consigue, no lo ha conseguido conmigo que llevo una cuarentena ¡de años! cocinando.
    La palabra esa, jerimoje, me parece que tiene mucha personalidad, no desmerece nada ante mejunje…
    Y hablando de comidas y mejunjes, habrás oído hablar de la «olla podrida», el nombre no invita mucho pero es muy rica y contundente, estilo norte…
    Cuidado con esas resacas, reuniones de «a poco», la de dos personas ya la has sufrido durante la cuarentena, ahora hay que ir añadiendo una a una, para evitar esas tenidas resacas, así al final del verano ya puedes celebrar algún acontecimiento con un montón de personal.
    Nada, que feliz normalidad, lo de nueva normalidad no quiero ni decirlo…
    Y abrazos.

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    1. Creo que era mi abuela la que sí cocinaba muy de cuando en cuando olla podrida, pero es cierto que por esta zona, a pesar de que casi todo el mundo ha probado dicho plato, no se prepara apenas. Y, desde luego, no seré yo quien haga variar dicha tendencia por aquí…
      Los dos de la foto tienen como una docena de años más, así que tampoco es que se hayan encontrado así de lozanos durante el confinamiento, y ya te digo yo (y la murciana después) que no tenían ni idea de que acabarían juntos un porrón de años después (y, probablemente, tampoco tuviesen ganas por aquel entonces). La vida, que da más vueltas que las cajas de los archivos…
      En fin, que vamos aprendiendo a dominar la normalidad con mascarilla y personas que se juntan, aunque a la murciana le cuesta (todo) mucho menos que al menda. ¡Un abrazo!

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  4. Pingback: Diario de cuarentena: epílogo – Las crónicas del Otro Mundo

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