No engañamos a nadie cuando decimos que, en plena desescalada a la carrera, afrontamos los últimos (o, como poco, penúltimos) coletazos del diario de cuarentena. Que ya va siendo hora, también os digo: no es fácil vivir a la sombra de una murciana mediática en el Otro Mundo, y es mejor que concluyan estas narraciones antes de que LCDOM os suene más a Las Crónicas de Otra Murciana que a la novela de la chica azul. Aunque, la verdad, en este blog casi se ha hablado más de la murciana que de la otra… En fin, por si acaso andáis perdidos, he aquí los orígenes del diario, continuamos con su secuela, seguimos con la entrada que lo convirtió en trilogía, y no dejamos de nombrar el cuarto fascículo antes de enlazar la, a partir de ahora mismo, penúltima entrega. ¡Adelante con el episodio uve palito!
CUARENTENA. DÍA 66
La murciana tardó menos de 3 horas desde que volvieron a abrir los comercios al pasar a la fase 1 en acudir a una tienda de pintura y traerse todo lo que había allí menos el mostrador y al dependiente. Tras dicho suceso, la mentada murciana tardó menos de 5 horas más en comenzar a pintar una habitación… justo la que sería, probablemente, la que acogiera a un potencial primogénito. Que esto ya me suena a mí de las veces que otros amigos estaban en estado de buena esperanza (bueno, ellos no, pero ellas sí), que las encintas decidieron volver a pintar las paredes aunque estuviesen recién pintadas (historias en la que el propio pintor, atónito, espetó que «si queréis yo las pinto, pero es que no hace falta»). Sí: historias sobre el famoso «nido». Ante esta revelación, barajo dos hipótesis:
1) le acaba de llegar al cerebro lo que le dije el día 40 de tener un hijo para poder sacarlo a pasear, sin darse cuenta de que ya no nos hace ninguna falta para salir.
2) está haciendo un nido porque es una buena pájara.
Conociéndola, las dos opciones son posibles.
CUARENTENA. DÍA 67
¡Por fin he podido confirmar una de mis hipótesis! Iluminado durante mi tiempo de asueto, como le suele ocurrir a todos los genios (que no quiero decir con esto que lo sea, pero sí), estudiando la colocación de los dispositivos sanitarios entre el vulgo llano, pronostiqué que España debía ser la nación que menor número de contagios de coronavirus sufría a través de barbilla y papada. Cuando llegué a casa me puse a investigar con criterio (puesto que somos un hogar de documentalistas, profesión más denostada que nunca en estos tiempos de extrema «realidad a la carta» en la que todo el mundo prefiere disponer libremente de sus bulos afines aunque conozca su falsedad) y confirmé la teoría: nuestra nación, junto a todos los demás países reconocidos y no reconocidos, no ha sufrido un solo caso de contagio vía mentón/buche gracias a la colocación de la mascarilla en dichas coordenadas corporales. ¡Enhorabuena a los agraciados!
También os digo que, si no os colocáis correctamente la mascarilla, debe ser porque desconocéis las ventajas que ofrece. Sin ir más lejos, a mí me encanta ir poniendo morritos a todo el mundo con el que me cruzo sin que nadie se ofusque ni me diga nada: tenéis que probarlo. También podéis sacarles la lengua, pero ya os advierto que la pobre tiene poco recorrido.
CUARENTENA. DÍA 68
Como tantas otras especies que se creían extintas pero, tras la cuarentena humana, han vuelto a emerger orgullosas, he de notificaros una buena noticia sobre una de ellas. Al contrario de lo expuesto en el diario el día 55, tras un reciente avistamiento he podido confirmar hoy que ¡el chorizo embolsado no se ha extinguido! De hecho, confieso que siempre confié en su vuelta, dadas nuestras coordenadas geográficas. Y es que, desde que el primer íbero pisó esta península y pensó «tengo que recalificar este terreno», España es un país de chorizos.
CUARENTENA. DÍA 69
Hace tres meses que no me afeito y ya no sé dónde me acaba la barbilla. No es que sea un aporte fundamental al diario, pero tampoco lo eran los chorizos íberos y ahí los tenéis, embolsados o recalificando.
CUARENTENA. DÍA 72
La murciana no es murciana. Es vasca.
Tras el esfuerzo realizado al pintar la habitación del potencial primogénito, he llevado esta mañana a la murciana a la consulta del fisioterapeuta para que le certificase la defunción (en tal estado la había dejado el empeño en reformar dicha estancia, o eso creía yo). Pues no sé si allí le habrán dicho que guarde reposo, pero, tras arribar al hogar, la susodicha se ha largado a comprar pintura para comenzar a pintar ahora el cuarto de baño. Así que no, no es murciana: es la vasca de bricomanía.
Eso explica por qué nunca la entiendo: jamás habló castellano raro, sino euskera.
CUARENTENA. DÍA 75
La murciana ha implantado durante los últimos días un extraño ritual consistente en agarrarme jirones de mi barba de tres meses y simular un súbito tirón, acompañado todo de la repetitiva cantinela «¡Zas! Fuera. ¡Zas! Fuera».
Creo que quiere decirme algo, pero no logro descifrar el qué.
CUARENTENA. DÍA 78
¡Anoche, velada mítica donde las haya, comprobamos la no extinción de los chipirones! Por primera vez en casi tres meses, ayer salimos a cenar a una terraza como lo hacían nuestros ancestros (o sea, nosotros mismos pero hace tres meses). ¡Y comí chipirones! Bueno, chipirones, y ensaladilla (rusa), y ensaladilla (de la otra), e hígado, y bacalao, y sus copicas de vino, y montaditos, y… bueno, para abreviar, consumimos todas las tapas que se nos habían resistido durante el último trimestre. ¿Y sabéis qué?
Que hemos tenido digestiones mejores.
Menuda nochecita…
CUARENTENA. DÍA 79
Casi ochenta días después del toque de queda inicial, la ciudad de las palmeras entra en fase 2. ¡Qué lejos queda ya gran parte de lo vivido esta cuarentena! ¿Os acordáis cuando estábamos estrictamente confinados sin salir de casa? Me refiero a cuando no podíamos hacer uso de las zonas comunes del edificio, pero más bien era porque no quedaba un hueco libre en ellas al permanecer atestadas del resto de vecinos. ¿Recordáis también cuando los médicos eran héroes, y la labor del personal de enfermería tan épica como la de los primeros? ¿Sí? Pues, a estas alturas, debéis ser los únicos… pero mola tener tan buena memoria, sois los Sheldon Cooper de la cuarentena. Otro recuerdo que queda ya lejano es el móvil de la murciana en perfectas condiciones, puesto que ayer respiró demasiado fuerte y, debido a dicha exhalación huracanada, en la pantalla apareció una súbita grieta. ¡Os lo prometo, fui testigo directo! Tenía a unos dos metros tanto a la víctima (el teléfono) como a la agresora (murciana ella) cuando, de repente, la violenta muchacha comenzó a expeler improperios hacia su móvil porque sí. Como yo ya conozco la salud mental de la susodicha no me extrañó (lo que no significa que no se me pusieran de corbata), y justificó su conducta por haber roto la pantalla del móvil, lo cual no podía ser porque presencié toda la secuencia y, todo lo más, le echó el aliento un poco fuerte al dispositivo como acto más violento… ¡Pero sí! ¡De súbito, la pantalla estaba rota! ¡Vivan los móviles chinos y su tecnología pura! No sé de quién sería la idea de comprarle un teléfono de marca china.
Ah, sí… se lo regalé yo.
Dado que la murciana es la estrella mediática que más y mejor os ha amenizado la cuarentena (de ahí el remember anterior, que no hay que dar puntada sin hilo), desde aquí lanzo un crowdfunding para comprarle un móvil nuevo a vuestra idolatrada huertana, puesto que, de no ser así, me va a tocar comprárselo a mí… y le regalaría otro móvil chino porque soy así de rácano. Que no es que me importe, pero, si le compro otro, como ella tiene esa insoportable manía de respirar, va a romperle otra vez la pantalla, y así no vamos.
Cuando se de por terminada la cuarentena, a la murciana o casaca, al final da lo mismo, se le va extrañar. Sus ocurrencias nos mantuvieron en vilo. Pero las historias don así. Todo tiene su final.
Una excelente semana para ti
Manuel
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Bueno, al menos, cuando acabe la cuarentena, espero que a la murciana solo tengáis que extrañarla los demás pero no yo. Y es que cuando se acabe el confinamiento, tras más de tres meses encerrados, más de una y más de dos personas dejarán sus relaciones. Confío en que la murciana no sea una de ellas… ¡No sería justo, después de convertirla en estrella de la blogosfera!
Espero que vaya todo bien, Manuel. ¡Un saludo!
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Seguramente tendrás otra oportunidad de encontrar otros personajes tan divertida como ella fuera de tu cuarentena. Imaginación y talento para escribir es lo que más te sobra.
Por Chile recién estamos por alcanzar el pico de contagios. Así que el confinamiento se ha agudizado y solo queda estar en casa.
Una buena tarde para ti.
Manuel
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Ánimo pues, solo resta armarse de paciencia y aguardar a que transcurra el confinamiento lo mejor posible.
¡Un saludo!
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Igual para ti.
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Saludos muy bueno me ha gustado mucho.
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Gracias por pasarte y por el comentario (o sea, gracias al cuadrado). ¡Un saludo!
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Lo diferente, lo que rompe los esquemas, la que se muestra tal como es, la que manda todo a… cuando se cansa de seguir una rutina, la que todos creen normal, saca lo que lleva dentro y en vez de tirarlo en una botellita estéril al mar , toma el móvil y lo pública y quién sabe si algún otro marciano del futuro lo incluya en la memoria histórica de un pueblo, que hizo lo mejor que pudo para salvar sus vidas y la idiosincrasia del mismo. Un saludo.
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I hope this quarantine is going «normal».
And I hope everything is fine with you since the beginning of this pandemic.
Best regards from the Azores 🙂
PS:
I don’t know if you already know my new blog (from Paranoias to my own domain). 🙂
http://nunofranca.pt
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Lo de la salud mental de la murciana ya lo sospechábamos todos desde el principia, por razones obvias… 🙂
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He de apuntar que la murciana ya venía así de fábrica; de hecho, como prueba de ello, dice que no se fijó en mi belleza arrebatadora durante X años de facultad.
Que no hay quien se lo crea, pero bueno…
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¡Increíble!
Ah, antes se me ha olvidado, pero euskera tampoco es. 🙂
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Vaya por Dios… Pues nos das un disgusto, oye, porque la murciana ya había incorporado el euskera al currículum, con rotring de ese que no se borra.
A ver cómo solucionamos esto ahora…
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Mecachis, pues no sé, seguro que algo se os ocurre…
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Una forma original de escribir de algo que esta ocurriendo a todos en la actualidad, lo califico de INGENIOSO
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Nos alegramos de que el veredicto haya resultado positivo, muchas gracias por pasarte, Julián. ¡Un saludo!
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No estaría mal lo del móvil, se puede hacer una colecta como en las iglesias? O una ong para ayudar a financiar el proyecto «Por una sonrisa murciana» o «de la murciana» ? Que ya no me queda claro!! Incluso hacer papeletas para el sorteo de un chorizo íbero embolsado? y lo que se recaude se destina al móvil o a pintura o a más chipirones… Uy, qué hambre!!
Hablamos… 😉
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Creo que lo primero de todo sería centrarnos para precisar adecuadamente el objetivo del crowdfunding, para saber cómo enfocar los esfuerzos. Lo digo porque, si la colecta se dedica para un móvil nuevo para la murciana, está claro que voy a poner de mi parte… pero como sea para comer chipirones, voy a dar el 110% por la causa. Y de postre, chorizo.
Pues sí que da hambre comentar esto, sí…
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Cuarentena que te has tomado con humor y has logrado un diario histórico 🏆Hay partes que me resuenan de esta lado del Atlántico dónde comenzamos la cuarentena el 18 de marzo con toque de queda a las 4 pm : todos adentro que te levanta el patrullero!Ayer lunes 1 junio extendieron el toque de queda a las 6 pm. Ciudad de palmeras, cuarentena hasta el 7 junio en que habrá otro comunicado, yo me hago la idea que en agosto y setiembre respiraremos libertad, me alegro que puedan respirarla ahora. Murciana que habla en Euskera.
Abrazos.
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Pues nada, lo que toca es armaros de paciencia (y puede que también de un diario) y sobrellevar la cuarentena lo mejor posible, aguardando a que las noticias sean las más positivas posibles. Además, siempre se pueden encontrar retos en pleno confinamiento, como aprender euskera para poder entenderte con una murciana, por ejemplo.
¡Abrazo de vuelta!
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Pingback: Diario de cuarentena vol. VI — Las crónicas del Otro Mundo | THE DARK SIDE OF THE MOON...
Lo de usar las mascarillas en el mentón también lo veo por aquí, debe ser una moda de la que no sabemos nada. Pero estoy de tu lado, ahora puedo hacer las muecas que quiera que nadie se entera de nada muajaja. Creo que la murciana te estaba dando un mensaje muy claro ¡que te afeites! pero bueno, mi hermano puso de excusa la cuarentena para no hacerlo y seguimos burlándonos de su barba XD. Saludos 🙂
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¡Dadnos un respiro a los barbudos de cuarentena! Así es, somos una nueva evolución de la especie humana, nuestra barba nos permite aumentar el equilibrio mental en situaciones de confinamiento, es una hipótesis contrastada ahora mismo y más vale que nadie nos afeite mientras dormimos, pues podemos desequilibrarnos.
(Lo digo en serio, yo creo que la murciana es muy capaz de afeitarme mientras duermo…).
¡Saludos!
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¡Qué suerte! ya en la fase 2, por aquí aún estamos casi confinados.
Y ya veo como lo habéis celebrado la murciana y tú, esos chipirones debían estar de muerte, no me hubiera importado participar en la comilona, tapas por aquí, tapas por allá, ¡qué gozada!
Y gracias por este diario de la cuarentena que me ha dado tan buenos momentos, la murciana me cae muy bien y seguro que no habla tan mal el ilicitano, quizá tú seas un poco corto de oído y le echas la culpa a ella.
Quizá ahora tengas que hacer un diario de esa tan mal llamada «nueva normalidad» que suena muy mal, a control, a vigilancia, a miedo… yo quiero la normalidad de siempre.
Abrazos.
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Vale: yo admito que algo duro de oído soy, pero que la murciana habla raro ha quedado demostrado a lo largo de todo el diario. Que caiga bien ya es otro cantar que no se puede discutir; de hecho, si hipotéticamente nos separásemos, mi familia y amigos se irían con ella antes que conmigo. Que tampoco me extraña, a mí también me cae ella mejor que yo…
Ánimo, Estrella: yo también creí que los chipirones no me esperarían, pero pronto saldrás y comprobarás que los muy cefalópodos estaban todos ahí, aguardándote en sus pertinentes platos.
¡Un abrazo!
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Pues no sé… quizá todos los cefalópodos estén confinados o hayan huido del virus como alma que lleva el diablo.
Abrazos y paciencia, cuando pasen 20 años entenderás perfectamente a la murciana, es solo cuestión de tiempo.
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La murciana es de las mias! Bufff si llegan a dejar Leroy merlin abierto…
Me encanta leerte , un saludo
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Correcto, a Leroy Merlin es donde quiere la murciana que la lleve porque, tras pintar la habitación del potencial primogénito, ha fijado su nuevo objetivo en el baño. Como el confinamiento dure un poco más, me pasa el rodillo por encima a mí.
Gracias por pasarte, ¡un saludo!
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Gracias por la bitácora 😀 he dsfrutado un buen rato. Un abrazo a tu musa!
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Pues gracias por lo que me toca, a ver lo que opina ahora mi musa de que la abrace por encargo…
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Pingback: Diario de cuarentena vol. VII – Las crónicas del Otro Mundo
Muy ingenioso y ameno. Valdrá para recordar, reír y no repetir, si el virus nos deja, esta cuarentena
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Esperemos, esperemos que todo lo vivido nos valga para no repetir, o al menos reducir, los errores que podamos haber cometido por el camino.
Gracias por pasarte, ¡un saludo!
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Agradezco los comentarios, sobre todo si son positivos…. no se hasta donde podré llegar imaginando.. pero hay algún planteamiento que podría acontecer en un futuro. En la Parte III lo describiré
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Pingback: Diario de cuarentena: epílogo – Las crónicas del Otro Mundo
Que buenos ratos con la murciana!!!! Y que entretenido como escribes y tú sentido del humor, engancha mucho. 🤗😘😘😘
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