Diario de cuarentena

Si por casualidad vivís en este planeta, llevaréis un buen rato confinados en vuestros hogares y, quién más y quién menos, ya no sabrá qué más hacer para permanecer en sus cabales. Con eso no podemos ayudaros por razones obvias (cualquiera que haya leído algún pasaje de LCDOM entiende que lo de mantener la cordura no es lo nuestro), pero quizá podamos colaborar en distraeros durante cinco minutos con el cuaderno de bitácora que comencé a elaborar el primer día de confinamiento sobre la cuarentena al lado de mi consorte. Por lo que sea, parece que no hay personas demasiado contentas sobre mi forma de afrontar su origen murciano (visto lo visto, tampoco me extraña…), así que, antes de clausurarlo, lo recopilo por aquí esperando que os sirva para un rato, que buena falta nos hace distraernos en estos días inciertos. ¡Mucho ánimo a todos!

CUARENTENA. DÍA 1.
He desayunado con mi compañera de piso. Parece maja, pero no entiendo nada de lo que dice (no alcanzo a distinguir de dónde es ese acento tan raro que tiene).
De todas formas, si esto se alarga en el tiempo, no descarto que acabemos liándonos. En la casa de Carrús, las cosas se magnifican.

CUARENTENA. DÍA 1 (Cont.)
Era cierto que las cosas dentro de la casa se magnifican: mi compañera de piso ya me ha tirado al morro.
He aprendido un montón de cosas sobre ella. Resulta que no habla otro idioma desconocido para mí, sino que es murciana (aunque, para el caso, es lo mismo). También he averiguado que me ha besado porque dice que llevamos unos cuantos años juntos, y añade que «tontería tengo».
Por una parte, me entristece entender que, si como dice somos pareja, debería esforzarme un poco más para aprender su idioma.
Por otro lado, me alegra comprender que, si como dice somos pareja, igual esta cuarentena mojo…

CUARENTENA. DÍA 2.
Tras departir largo y tendido con la compañera de piso que había resultado ser mi pareja, comienzo a sospechar que la barrera idiomática no era la causante de nuestro problema de comunicación, puesto que cuanto más capaz soy de descifrar su lenguaje, menos competente para comprender su significado me veo.
O sea: cuanto más la entiendo, menos la entiendo.
Os pondré un ejemplo para que seáis conscientes de la magnitud del problema. Hoy me ha dicho una frase que, aunque conozco el significado de las palabras que la vertebran, ni sé lo que significa en conjunto, ni sé cómo tomármela, ni sé si es un síntoma de algo más grave. Me he visto obligado a componer con dicha expresión un meme tan rudimentario como mi comprensión sobre su enunciado.
Si alguien sabe qué significa, que avise.

El peor animal

CUARENTENA. DÍA 3.
No sé por qué la gente le tiene tanta manía al gotelé, si es la mar de entretenido. Yo, buscando buscando, ya he encontrado en el techo la cara de de dos búhos.
Cierto es que me he tirado todo el día para descubrirlos y que igual es la misma cara, porque en cuanto la pierdes de vista para buscar otra figura se vuelve a esconder y ya no sabes dónde ha ido, pero no me parece poca recompensa por el mero hecho de mirar al techo.
Sinceramente, compadezco a todos los propietarios de paredes lisas: no sabéis lo que os perdéis…

CUARENTENA. DÍA 4.
No puedo negar que no estuviese sobre aviso, pero me lo había tomado como otro meme de cuarentena más. No obstante, se ha hecho realidad.
La murciana me ha preguntado que por qué no aprovechamos el confinamiento para hacer limpieza general.
Me he visto rápido de reflejos y le he dicho que hoy acaba el plazo para enviar relatos a cierto certamen literario y que tenía una historia en mente, por lo que pretendía intentar componerla aunque no sabía si me daría tiempo. Ha colado.
Después, encerrado en el despacho rastreando concursos, he comprobado que hoy acaba el plazo de un certamen: he tenido suerte y, sí, existe una coartada posible. Ojalá existiese también la idea para una historia, en vez de solo existir las ganas de librarme del plumero…
¿Alguna idea para escribir? (Que no sea el coronavirus, que ahora mismo un relato sobre el virus, original, lo que es original, pues como que no es…) Porque como me pillen con la página en blanco, me cambian el teclado por el mocho…

Pd. He cambiado la cuarentena en una casa de 90 m2 por la cuarentena en un cuarto de 10. Si lo pienso detenidamente, no estoy muy convencido de haberme salido con la mía…

CUARENTENA. DÍA 5.
¿Cómo? Espera, espera… ¿cómo que «Día 5»? No, esto tiene que estar mal, si ya llevo dos semanas aquí dentro intentando escribir un relato… Debo posponer la entrada en el diario: antes tengo que comprobar todos los calendarios de la casa y ver si las fechas cuadran porque, en el mejor de los casos, tengo un problema horario.
(Y en el peor, uno mental)

CUARENTENA. DÍA 5 (Cont.)
Sí, he comprobado que es el quinto día, todos los calendarios de la casa coinciden en que el único escacharrado es mi reloj biológico que dice, brama, que llevo aquí metido cerca de tres semanas. Mi comprensión del murciano, que habría de ser más fluida tras estas cuatro semanas de encierro con la señorita huertana, resulta más desconcertante contra todo pronóstico. O bien su lenguaje está revirtiendo al panocho, o mi discernimiento de la realidad se está descuajeringando tras estos dos meses de confinamiento. Cada vez la entiendo menos.
Bueno, ella dice que comprendo menos lo que dice porque está haciendo ejercicios de francés online. No acabo de fiarme de su palabra, entre otras cosas, porque no la entiendo.
Ay, cuán largo se me ha hecho este trimestre de arresto domiciliario…

CUARENTENA. DÍA 6.
No sé si lo nuestro saldrá bien. Somos como de mundos distintos. Yo quiero que esto salga bien, pero hay un abismo de distancia entre ella y yo. Las diferencias culturales son demasiado grandes entre los dos.
Por ejemplo: anoche escuchamos un ruido persistente en la calle, y ella me preguntó «¿Eso es un helicóptero o una maleta?». Me he pasado la noche en blanco, intentando imaginar un mundo en el que las maletas vuelan o los helicópteros se arrastran por la acera, pero sencillamente no puedo, ¡no puedo! Sin embargo, he comprendido que tengo que esforzarme más todavía para que esto salga bien. Así que esta mañana le he cogido la mano, la he mirado a los ojos y, dispuesto a asimilar toda su esencia, le he dicho «háblame de tu planeta».
¡Y aún me ha mirado raro, la muy jodida! ¡Ella a mí! ¡La que confunde maletas con helicópteros!

CUARENTENA. DÍA 7.
A través de este diario de confinamiento, con cada entrada en el mismo, he podido notar a través de todos los comentarios vuestro cariño, vuestro apoyo y todos vuestros ánimos… hacia la murciana, mientras que a mí lo más bonito que me decís es que no me la merezco. ¿Pero yo qué os he hecho? ¡Pero si yo soy buena persona! ¡Si cada vez que escucho a Fernando Simón por la tele me dan ganas de darle un caramelito de miel y limón para que no sufra tanto!
Para paliar esta corriente peyorativa hacia mi imagen he consultado con mi asesora (que, ¡oh, sorpresa!, también es la murciana) y me ha asegurado que la mejor manera de mejorar mi estampa es elaborando posts más amables hacia su persona, dado que, en caso contrario, solo podría alejaros de mi mala reputación mediante un método de distracción, como, por ejemplo, apelando a vuestra niñez para que olvidéis lo mal que os caigo.
Tal como yo lo veo, solo me deja una opción:
 

CUARENTENA. DÍA 8.
Si no puedes con tu enemigo, únete a él. Y no quiero decir que la murciana sea mi enemigo, sino que lo sois todos vosotros. La amáis a ella mientras yo soy un mero transmisor de sus andanzas en cuarentena, ¡soy como el que le escribió el libro a Belén Esteban! Mientras tanto, ella se va a convertir en una ‘influencer’ sin hacer nada meritorio o reseñable (o sea, como cualquier ‘influencer’), así que lo único que puedo hacer es subirme al carro. Así, cuando sea famosa, le pediré que sostenga mi novela en una de las fotos que cuelgue en redes sociales, a ver si así aumenta el ritmo de ventas (de ninguna a una, al menos).
Por lo pronto, le voy a seguir el rollo con la iniciativa de los calcetines desparejados. Porque, como todos vosotros sabéis, el 21 de marzo se celebra el Día Mundial del Síndrome de Down, fecha señalada para seguir luchando por el cumplimiento de los derechos de las personas con discapacidad intelectual. Los calcetines se utilizan como símbolo porque los cromosomas poseen forma similar a los calcetines (y si ellos lo dicen, yo, chitón) y las personas con síndrome de Down nacen con uno adicional, por lo que la iniciativa mueve a que vistamos calcetines desparejados para mostrar apoyo al mensaje de que todos somos diferentes.
Nos unimos a la iniciativa y aprovechamos para mostraros lo que todos estabais pidiendo a gritos: ¡primera foto de cuarentena con mi murciana!

Desparejados
A ver si adivináis cuál de todos es el mío…

CUARENTENA. DÍA 9.
Comienzo a dudar de la murciana.
Al preguntarle si le apetecía sopa, me ha dicho que podía echarle aletría y espiscarle huevo duro.
Ni idea de lo que me ha dicho.

CUARENTENA. DÍA 9 (Cont.)
Castellanoparlantes: por lo que me confiesa la murciana, «aletría» significa «fideos», y aunque muchos creíamos que con esa palabra se refería a algún tóxico para librarse de mí y de mi diario, hemos de descartar la hipótesis de que desease echar arsénico en la sopa para envenenarme. Repito: no quiere envenenarme.
Todavía…

CUARENTENA. DÍA 10.
¡He vuelto a encontrar el búho! ¿Lo veis vosotros también? Porque la murciana dice que es un perro…
¡Chupaos esa, haters del gotelé!

Gotelé

CUARENTENA. DÍA 10 (Cont.)
Antes, cuando alguien (yo) decía «él muere congelado», pensaba automática e inexorablemente en Leonardo Di Caprio. Ahora pienso en Jack Torrance.
Jack, interpretado por su tocayo Nicholson en El resplandor, se hacía cargo con su familia del mantenimiento del Hotel Overlook durante la temporada en la que estaba cerrado al público.
Jack estaba encerrado voluntariamente con su familia, qué cosas.
Jack visitaba diversas estancias y veía entes que no estaban, sin necesidad de gotelé ni nada.
Jack se volvía loco sin que le bombardearan con fakes de «vamos a morir porque no queda papel higiénico para todos» para ello.
Jack trataba de matarlos a todos.

Y después diréis que me está afectando la cuarentena…

Jack Torrance

81 comentarios en “Diario de cuarentena

  1. Misión cumplida, me has entretenido justo hoy que se extiende aquí el cierre de escuelas por el resto de ciclo escolar. Tenía ganas de gritar y ahora sonrío con tu crónica. Quisé compartir en facebook y dice que la entrada tiene contenido que ha sido reportado como inapropiado… ¿otro tipo de virus? aggg!

    Saludos.

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    1. Lo cierto es que hace tiempo que facebook declaró blog non grato a LCDOM, igual que le ocurre con tantos otros de la plataforma wordpress. En fin, si facebook tiene en cuarentena al blog LCDOM, pues aprovechemos que tenemos experiencia con esta que nos toca vivir…
      Nos alegramos de haberte distraído un rato, hay días de confinamiento que se hacen bastante cuesta arriba (sí, incluso con una murciana). ¡Saludos, y ánimo, que esto pasará!

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      1. Oh! que mal. Yo quería que muchos más sonrieran con este diario, y como ahora las redes sociales son lo del día por las circunstancias de confinamiento y la distancia física, y la gente se aferra a cualquier tipo de acercamiento. Mi blog de wordpress ha bajado considerablemente de visitantes, supongo que el ánimo de lectura no está en su pico…a menos que sea algo entretenido y para levantar el ánimo.
        Saludos y ánimo desde mi propio confinamiento.

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    1. Gracias por lo que nos toca. Ahora bien, ya te digo yo que eso de «debe seguir» es cuestionable, porque ya te adelanto que aquello de «háblame de tu planeta» no sentó demasiado bien en zonas confinadas murcianas…
      Eso sí, después no le hicieron ascos a buscar figuras en el gotelé. ¡Doble moral!

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  2. A disfrutar de la murciana toca… en casa pasa lo contrario, la mujer se va sola al super, a tirar la basura… yo encerradito en casa, solo he salido para comprar tabaco para ella que esta más lejos el estanco y no veas la cola que había en la calle para comprar tabaco…

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    1. No digo yo que el consejo no sea bueno, pero lo de abandonar la zona de confort ahora mismo, que ni siquiera puedo abandonar la casa… Le preguntaré a mi asesora cómo afrontarlo (la murciana, claro).
      Con lo de los permisos no tengo muy claro a lo que te refieres, porque, aparte de que facebook no quiere nuestros enlaces váyase usted a saber por qué, no tenemos información de que no permita otro tipo de interacción al visitante. ¿Cuál es el problema, por si se puede solucionar?

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    1. ERES LA ÚNICA PERSONA QUE ME DICE QUE TAMBIÉN VE EL BÚHO (bueno, para ser sinceros, mi suegra me dijo que lo vio una vez pero ya lo había perdido, así que ni idea de si interpreta como búho lo mismo que yo…). ¿Lo estaremos viendo en el mismo lugar? ¡Qué intriga!
      Yo soy más fan de la murciana, que conste, pero que no se entere, que si no se viene arriba y a saber qué nuevos palabros me toca (intentar) descifrar cuando se vanaglorie…

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  3. ¡Queremos más de este diario! Entiendo eso de vivir con alguien de otro planeta, que habla otro idioma y que además confunde el sonido de un helicóptero con el de una maleta. Estoy contigo, nunca con la murciana. A menos que ella también comience un diario. Ahí sí estará más difícil tomar partido

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    1. Esto no había ocurrido, lo de que alguien me brindase su apoyo a mí antes que a la murciana. El diario se plasmó en redes sociales y todos los comentarios iban destinados a darle ánimos a ella, a mandarle fuerzas para aguantarme, etc. etc. Es tan inesperado que alguien me apoye a mí que ni siquiera sé cómo actuar…
      Ay , se me escapa la lagrimica… ¡Me he emocionado!

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  5. No está mal que aproveches esta cuarentena para aprender idiomas, en este caso el murciano, en el nuevo mundo que vendrá después de la cuarentena igual se cotiza al alta, te haces millonario y ya no tienes que preocuparte por tu hijo LCDOM, porque podrás regalárselo a todo el mundo y se darán cuenta de lo que vales (valéis)…
    Y lo siento pero, por más que miro, el búho se esconde a mis ojos… creo que no tengo mirada de artista como Luna y tú.
    Cuidaos mucho que hay que estar fuertes para cuando vengan tiempos mejores y gracias por esa mención al Día Mundial del Síndrome de Down (muy chula la foto)
    Y nada más, desde mi propia cuarentena, abrazos.

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    1. Lo de aprender murciano creía que lo llevaba bastante adelantado después de estudiar en Murcia más de un lustro, pero, por lo visto, aprendí jerga de estudiantes mas no léxico de andar por casa. Por ello, haciendo vida hogareña con mi huertanica, todavía me sorprende en ocasiones con sopa de aletría a la que espiscar huevos y otras lindezas que se me escapan. Lo importante es que nos reímos bastante, que falta nos hace en estos tiempos…
      Bueno, no tienes por qué ver el búho (de hecho, te adelanto que el búho que vio Luna no fue el que vi yo), pero quizá sí puedes detectar otras formas que a los demás se nos escapen. Te puedo asegurar que el gotelé está infravaloradísimo por las nuevas generaciones: todos lo arrancan tildándolo de feo y en realidad es la mar de entretenido. En esa foto que colgué han visto búhos, perritos, un dragón, un saltador con pértiga incluida y el perfil de Homer Simpson. Si eso no es estimular la imaginación…
      ¡Nos alegramos de que te gusten los calcetines murcianos (y el mío de Batman)!

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  6. Siiiii, has logrado entretenerme. Tú estás aprendiendo murciano yo no sé qué idioma aprenderé, mi esposo tiene Parkinson y la movilidad muy reducida, era profesor de inglés y casi todo el día repite como si fuera un mantra voy instituto y hace gestos como si escribiese en la pizarra y balbucea algunas palabras en inglés. Yo no veo búhos en el gotelé de mi hogar, sino ventanas con sol y claridad cuando llega la noche. Un cordial saludo y sigue con el diario

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    1. Bueno, pues si algo hemos logrado entretenerte, hemos cumplido el objetivo de la cuarentena a corto plazo. Las ventanas con claridad no están mal, y se ven las cosas más nítidas que en el gotelé, pero las figuras que se descifran en el mismo también tienen su mérito imaginativo, y eso siempre mola.
      Gracias por pasarte, ¡un saludo!

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  7. Pues lo has conseguido. Bien! No, ver el búho, no! Arrancarme unas risas. El búho, casi que lo intuyo, pero verlo, verlo… pues, no! Me gusta tu murciana, pero también tú. Ea! Ya lo he dicho. Abrazos para ambos desde mi trinchera.

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    1. ¡Pues no sé si te lo vas a creer, pero sí que lo ha hecho, sí! También es cierto que mi murciana usa más la palabra guisante y que no le ha quedado más remedio que mandarme ahí porque el supermercado está justo al cruzar la esquina, pero tu profecía se ha cumplido. Telepatía murciana, supongo.
      Muchas gracias por pasarte, Antonio. ¡Un saludo!

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      1. Si, no sé en cuál mes estamos, mucho menos el día. Es como vivir en Narnia por años y volver a la realidad en el mismo momento quizás? Has visto mi poema en español del sábado? Lo tengo escrito en ambos idiomas; español e inglés. Saludos! R

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  8. El relato me ha encantado! Lo leí rápido y con una sonrisa de principio a fin. Tienes que aprender hablar murciano pronto, el encierro se prolonga… Yo estoy tratando hablar gatuno, ya sé decir «voy corriendo a poner la comida» (o eso creo). De todas formas a los gatos se les entiende fácil, si aceptamos la premisa de su superioridad. Lo difícil es hablar su idioma, pero lo sigo intentando… 🐾

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    1. Lo cierto es que he hecho progresos con el murciano, lo cual me lleva al punto inicial: cuánto más la entiendo, menos la entiendo. Ya os enteraréis de los progresos puesto que, a pesar de abandonar el diario como prometí, varios días después lo retomé porque echaba de menos los chipirones. Sí, es una explicación descontextualizada, pero todo se andará cuando próximamente publique el volumen 2 del diario y todos podamos ver mis evoluciones en el idioma.
      Supongo que con tu felino el nivel ya será de conversación fluida, porque entiendo que su idioma tendrá pocas palabras para él («quiero que hagas X, esclavo») y para su interlocutor humano («voy corriendo a hacer eso que quieres, amo»). El diccionario que resulte mejor en audiolibro, ¡le vemos más salida comercial!

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  9. Pingback: Diario de cuarentena vol. II – Las crónicas del Otro Mundo

  10. Cassiopeia y Andrómeda

    Cassiopeia y Andrómeda tampoco entendemos el murciano y creemos que en la quinta dimensión tampoco lo entenderían 😉 Muy gracioso tu diario de cuarentena. Te mandamos mucha luz y gracias por pasarte por nuestro Templo.

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    1. Pues aquí tenemos la prueba: si no se entiende el murciano en ninguna dimensión, me queda claro que el problema de inteligibilidad no es mío. Corro a contárselo a mi murciana, y me da igual si acaba en bronca porque, a fin de cuentas, como no la entiendo…
      ¡Gracias por el chivatazo y la visita, un saludo!

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  11. Pingback: Diario de cuarentena vol. III – Las crónicas del Otro Mundo

    1. Lo cierto es que el confinamiento es causa y efecto a la vez de todo, dado que provoca mil estados de conciencia de los que, a su vez, por su propia naturaleza, no podemos escapar ni en cuerpo ni en alma. Solo nos resta intentar integrarlo como mejor se pueda, y en ello estamos.
      Muchas gracias por los ánimos, Miguel. ¡Un saludo!

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  12. Pingback: Diario de cuarentena vol. IV – Las crónicas del Otro Mundo

  13. Pingback: Diario de cuarentena vol. V – Las crónicas del Otro Mundo

  14. Menuda ajuntaera buena hacéis los dos. Por cierto, yo me desmarcaré del sentir general diciéndote «Qué gran suerte, tienes la exclusividad de una murciana y eso hay que currárselo mogollón». Un consejo, prepárale un día una cena sorpresa. De primero un zarangollo, después unos alcaciles salteados y para finalizar una tarta de albérchigos. Mano de santo, te lo aseguro.
    Otra cosa antes de irme. No es un búho. Es un panda desmejorao.

    Divertido diario. Felicidades.

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    1. Pues gracias por el consejo culinario, aunque también te digo que al cuestionar por los tales albérchigos a la murciana me ha respondido «dirás albercoques, ¿no?». Desde ya te digo que, si además de la jerga de la huerta murciana tengo que aprenderme homólogos del campo de Cartagena, yo ya hago un ERTE a las neuronas y cuando acabe la desescalada me plantearé si repescar la materia gris o seguir siendo feliz, que mi cabeza no da para tanto.
      Al panda no acabo de verlo, pero me seguiré esforzando. ¡Gracias por pasarte, un saludo!

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  15. Pingback: Diario de cuarentena vol. VI – Las crónicas del Otro Mundo

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  17. kamx

    Solo puedo decir que este confinamiento ya me esta enloqueciendo. En mi país (Venezuela) nos quitaron el servicio de TV por cable (por una «rabieta» de nuestro presidente) y el internet tiene señal intermitente…

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