No ha dejado de llover

enrique

Finalmente se dejó vencer una fría madrugada de noviembre, un miércoles cualquiera de esos en los que casi nunca pasa nada, uno de esos días que, muy probablemente, ninguno de nosotros recuerde alguna vez con claridad. Cuando lo encontraron yacía boca arriba, con la cabeza acomodada sobre su chaqueta y el pecho descubierto sembrado de margaritas, aquellas que deshojó una y otra vez sobre los escenarios más modestos de Madrid, huyendo de las grandes giras y conciertos que, en realidad, un artista de su talla merecía. Pero él prefirió seguir deshojando pétalo a pétalo margaritas por antros bohemios y poco concurridos, debatiéndose entre si seguir adelante, o mandarlo todo al infierno de una vez.

Se dejó vencer, sí, porque solo es derrotado quien muestra una cierta resistencia en el envite, quien muestra un pequeño conato de tenacidad. Pero lo suyo eran las canciones y no la lucha, y tal vez pensó que aquello era solo una derrota más entre tantas otras, y, sin sospechar que sería la última, esbozando aquella media sonrisa tímida que mostraba siempre al subir al escenario, buscó ir acomodándose sobre el frío suelo de un portal cualquiera, alguno de los cientos que hay en el conocido barrio madrileño de Malasaña, en uno de esos portales en los que casi nunca pasa nada.

Su adiós se produjo cuando menos se esperaba, cuando todos creían ver en Enrique un remedo de alegría, un resquicio a la posibilidad de recuperarse de aquella enfermiza adicción al fracaso.

<<Odiaba la fama, la industria, las entrevistas y pretendía ser alguien anónimo, pero no lo consiguió…>>

La verdad es que, según las fuentes oficiales, el óbito no se produjo en el lugar donde fue encontrado, en ese portal cualquiera de Malasaña, y que debieron abandonarlo allí después de que no consiguieran reanimarlo. Pero, seamos sinceros, qué poco importan las circunstancias. En esta historia, seguramente sea mejor imaginar el final.

Es muy probable que a esas horas en que la gente se agolpaba para ver qué sucedía, alertados por la llegada de la policía al lugar, él ya estuviera observando la escena desde otra ubicación más elevada, quién sabe si afinando las cuerdas de su guitarra preparándose para dar una última actuación ante los allí presentes; aunque ya no pudieran escucharle tocar en directo nunca más. Seguramente, desde aquella privilegiada posición podría haber visto el cielo de la madrugada romperse suavemente contra Madrid y cómo, el color grisáceo de la polución restallaba en brumosas notas de terciopelo sobre los primeros compases del alba. Algunas sábanas blancas se agitarían con el viento en las terrazas cercanas y a la vez tan perdidas, y, cerrando los ojos, por un momento, habría tarareado aquella canción que dedicó a su hija: <<He muerto y he resucitado… >>. Tal vez, conmovido por tan apropiadas palabras, agitado por la misma brisa que mecía las sábanas, se fue deshaciendo en pequeños pedazos, en pequeños versos de su ser, desapareciendo a medida que el aire soplaba entre los nuevos huecos que se iban abriendo, mientras el arpegio con que acompañaba su canción iba sonando cada vez más tenue hasta desaparecer.  << …Que hoy he soñado en otra vida, en otro mundo, pero a tu lado>>.

Hoy en día no hay lugar para este tipo de artistas, tan parco en palabras como excelsos en sentimientos. Enrique nunca habría pasado ningún casting para alguno de los talent show que copan en la actualidad las parrillas de televisión, ni habría representado a su país en ningún festival de música internacional, ni compartiría cada momento de su vida en las redes sociales. Sin duda, en esta época de tecnificación abrumadora, de postureo obsceno, donde el éxito personal se mide en seguidores y likes, no hay sitio para este tipo de genios. Hasta es muy probable que una gran mayoría, hoy en día, no sepa ni quién fue Enrique Urquijo ni lo que supuso para la música española. No importa, aquí estamos nosotros para recordarlo. Sin embargo, estoy seguro de que su legado perdurará más allá de las generaciones que tuvimos la suerte de conocerle, ya que es probado que solo el talento sabe resistir al paso de los años. Y todas estas modas, livianas y superficiales, pasarán de largo como pasan hoy de largo los despreocupados viandantes frente a ese mismo portal, el número 23 de la Calle Espíritu Santo, uno de esos portales en los que… casi nunca pasa nada.

Vídeo extraído de: «Han llovido 15 años (Homenaje a Enrique Urquijo)».

27 comentarios en “No ha dejado de llover

    1. Hola Leizael.
      Enrique era el reflejo de sus canciones, la mayoría de autores lo son de sus obras. Y en su caso, toda aquella melancolía que uno podía percibir en sus letras nacía desde el interior de un alma entarquinada, precisamente, por esa misma tristeza aunque, en ciertas ocasiones, pudiera resultar un tanto pueril e ingenua. A algunos les gustará más que a otros, en la música es difícil el consenso, pero lo que no cabe duda es que escuchar a Enrique es escuchar el eco de su propia alma.
      Un abrazo.

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  1. Fue una pena su temprana muerte, nos hubiera dado muchos momentos inolvidables. Me emociona escuchar algunas de sus canciones, ese aire de tristeza o melancolía, de juguete roto o tal vez de hombre atormentado, me llega muy adentro.
    Un maravilloso homenaje el que le hacéis con este post, esté donde esté, seguro está componiendo una canción para vosotros.
    Un abrazo.

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    1. Gracias Estrella por tu comentario. La verdad es que, cada cierto tiempo, dedicamos una modesta entrada a determinados autores, cantantes, etc., que de algún modo consideramos que nos han definido, como ya hicimos en su momento con Paul Simon o el propio David Bowie.
      Nos complace que este pequeño espacio que hemos decidido dedicarle a Enrique te haya traído buenos recuerdos de sus canciones.
      Un abrazo!

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  2. me ha encantado este pedacito de magia: «buscó ir acomodándose sobre el frío suelo de un portal cualquiera, alguno de los cientos que hay en el conocido barrio madrileño de Malasaña, en uno de esos portales en los que casi nunca pasa nada.». De repente mi mente se lleno de imagenes de todo aquello que podía pasar en un portal, bajo la lluvia, en el ardiente sol, en la madrugada, alguna que otra tarde….

    un abrazo

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  3. Pingback: Me han ¿nominado? | estherangelesdepablocom

  4. Although I did not know this artist, and have no understanding of his language, I found watching his video very moving . His emotion and beautiful voice where captivating. Thank you for sharing this, that I may get to watch.

    Thank you also for taking time to like one of my recent posts, I really do appreciate that 💜

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  5. Vivir en tu Ser

    Hermoso homenaje, no solo por la forma en que hacen la semblanza de Enrique sino porque hace posible que seres de tierras lejanas como yo, puedan saber de él y su arte.
    Me encantó : » …ayúdame y te habré ayudado, que hoy he soñado en otra vida, en otro mundo, pero a tu lado…»
    Gracias, gracias…

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