El día de la otra madre

Una mujer que llora día y noche con los ojos secos mientras la vida sigue, esa es ella. Una mujer que no entiende qué es lo que pudo ocurrir para que su posesión más preciada, ese algo siempre más valioso que su propia vida, se sumiera en la noche de los tiempos de forma anónima e infinita.

Pero ella sigue adelante, aunando en su interior una mezcla de hundimiento, rendición y supervivencia que nadie podría alcanzar a comprender como cabe la posibilidad de que dicha terna pueda coexistir en una sola persona al mismo tiempo. Sigue caminando porque no tendría sentido hacer otra cosa, aunque en realidad cabría la posibilidad de que lo lógico fuera justo lo contrario: plantarse en un lugar determinado del espacio y el tiempo y no mirar hacia el futuro jamás. Ni siquiera al presente, tan vacío de sentido como cualquier otro hecho venidero que pudiera acontecer en cualquier punto del planeta.

Lo triste es que muchas no pudieron soportarlo y se rindieron a esa lógica. Nunca tuvo sentido seguir adelante desde aquel momento, esa era la única verdad. Cuando desaparece algo más valioso que tu propia vida, parece sensato que esa propia existencia deje de significar nada. Parece innegable. Parece obvio. Muchas se negaron a luchar, incapaces de continuar respirando un segundo más mientras con cada inspiración miles de cuchillas les trepanaban el corazón. Sería complicado dar algún buen argumento o después poder rebatirlo acerca de si eso significa tomar el camino más fácil.

Pero ella sigue adelante, sintiendo ese vacío cruel en el alma. Víctima de un dolor que nunca se conseguirá aplacar del todo, jamás, de ningún modo. En algún momento de la vida algo se torció, y ocurrió lo impensable, lo inaudito.

Siendo lo más inhumano que se pueda llegar a decir, en algunos casos fue por culpa de ellos. Por alguien inexperto por su propia juventud que se lanzó a un laberinto psicotrópico hasta que fue incapaz de volver a encontrar la salida, perdiéndose en una debacle de compuestos químicos alienados que solo conducían a un tenebroso final. O por alguna vehemente locura a los mandos de algún tipo de vehículo que, en realidad, siendo o no conscientes de ello, no eran capaces de controlar. O, simplemente, porque un día un interruptor ofuscado hizo clic en sus cabezas, y les arrojó a la peor decisión que podían tomar.

O por cualquier otra indigna situación. Por un capricho del destino, que los colocó en el lugar incorrecto en el momento exacto. Por una cruel genética, que los remitió hacia una situación demasiado difícil de entender, pero imposible de evitar. Por una infame sentencia del destino, que los condenaba a ni siquiera poder llegar a ver la luz del sol tras un absurdo error fatal causado por nadie. Absurdo, eso es. Absurdo, ilógico, irracional, incoherente. Injusto. Cruel, simplemente cruel.

Y entonces sus madres dejaron de volar para estrellarse contra el suelo. El sufrimiento anterior, la agonía que les causaba aquella incómoda e inoportuna forma de entender el mundo de sus hijos, fue suplantado por el más atroz y desgarrador de los tormentos. O una llamada de repente con la peor noticia de la historia sin ningún tipo de vaticinio, o un semblante serio intentando hacer entender a una persona, incapaz de comprender nada en ese momento, que habrá otra que no sobrevivirá.

El peor naufragio del alma, el peor calvario que un ser humano puede padecer en vida, infinitas veces peor que su propia muerte. Algo que jamás llegará a superar ningún ser mínimamente racional.

Que aquello que brotó en su vientre, aquello a lo que mágicamente había conseguido dar vida, desapareciera. Aquello cuyo primer movimiento había sentido dentro de su ser, aquello a lo que había dedicado la totalidad de sus pensamientos, aquello que habitaba a sus anchas en su interior, aquello que la hacía sentir fea y gorda y al mismo tiempo alegrarse por hacerlo por algo más importante que su vida. Aquello que la había hecho sentir madre mucho antes de que nadie pudiera alcanzar a entender lo que significaba esa palabra.

Sentir que aquello desapareció es tener que dejar esta frase inconclusa, puesto que nadie en el mundo puede llegar a ser capaz de expresar qué se siente con ello.

Pero ella sigue adelante. Llorando algunas veces por fuera, pero siempre por dentro. Aferrándose a una vida a la que no piensa perdonar, tirando de sí y muchas veces de otros a su alrededor sin tener ninguna reserva de energía vital con la cual hacerlo. Sigue adelante mostrando una fuerza sobrehumana, una inquebrantable voluntad, haciendo latir un corazón fracturado por cada ventrículo y aurícula y consiguiendo que aun así su sangre siga fluyendo. De una forma primaria e inexplicable, ella sigue adelante.

Todos los días son el día de la madre para ella. En todos y cada uno de ellos debe consentir ese papel sin ese ser humano que una vez tuvo a su lado que pueda atestiguar que ella efectivamente lo es, aunque siempre lo seguirá siendo hasta el fin de los tiempos. Se convirtió en madre, y aquel miembro perdido siempre estará ahí presente.

Queremos recordar aquí a esas madres que han sido objeto del más cruel de los destinos, y plasmar con estas insignificantes letras de tributo nuestro respeto y estupefacción ante esa inapelable e inconcebible fuerza indómita que hace que ella siga levantándose por la mañana y tenga la capacidad de mirar a los ojos a la vida, sin poder olvidar jamás esa cruel canallada del destino y, por algún tipo de osadía indescifrable, seguir adelante. Ojalá nosotros tuviéramos al menos una ínfima parte de los cojones que le echáis a la vida, ojalá tuvierais un día de la madre infinitamente más feliz que el que os ha tocado vivir. Ojalá pudiéramos brindaros algún tipo de homenaje que pudiera serviros para algo, y ojalá alcanzarais a entender algún día lo mucho que os admiramos.

Nos inclinamos ante la fuerza que muestra ella cada día que sigue adelante.

45 comentarios en “El día de la otra madre

  1. «Queremos recordar aquí a esas madres que han sido objeto del más cruel de los destinos, y plasmar con estas insignificantes letras de tributo nuestro respeto y estupefacción ante esa inapelable e inconcebible fuerza indómita…»
    Ni insignificante es el tema, ni insignificante son las letras. —¿Dónde está el icono de quitarse el sombrero?—

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    1. Tienes razón, las letras nunca son insignificantes: nos sirven para plasmar, expresar, sentir, desahogarnos y muchas más cosas. Al mentar dicha frase tan solo pretendíamos confesar que nuestras palabras aquí son y siempre serán ridículas al lado del dolor de una madre tan eternamente herida, por más que intentáramos darle tributo con ellas.
      Gracias por tus palabras y ánimo en tu busca de tu icono sombrerero, avísanos al encontrarlo para también dedicárselo a dichas madres.
      Un saludo!

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  3. C. M. Marquez

    Hello!

    I just wanted to thank you SOOOO much for taking the time to read the blog post I made that Cristian Mihai reblogged titled «Please Help Our Momma» (https://protomarq.wordpress.com/2016/05/02/helpourmomma/) about the on-going struggles that my family is facing after my mom was diagnosed with stage three colon cancer. It’s been an uphill battle but we have been blessed with so much love, support and encouragement that I don’t know what we would have done without it. It may not seem like much in the grand scheme of things but just knowing that you took time to support our cause seriously means the world to me and my little family. I would like to humbly ask that if you are in the position to contribute something (anything!) to our cancer relief crowd funding campaign it would make a serious impact, even just $5.00, because every little bit makes such a HUGE difference. If you are unable to (and we completely understand) please, at the very least, consider reblogging the «Please Help Out Momma» post to your readers and/or share the campaign on whatever social media outlets you utilize for your readers because maybe we might get in front of the right people who have the means to help my family stay afloat during this time. Thank you so much! Here’s a direct link to the campaign as well. https://igg.me/at/Hz9-ILFN2P0

    Thanks again. Seriously!

    Christopher Michael

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  4. Pingback: El día de la otra madre – Espacio de Arpon Files

  5. Bonjour

    Quelle est belle notre amitié
    Elle est pure
    Elle est un lien
    Mon amitié ignore les indifférences
    Elle n’est qu’un charme d’un verbe aimer
    Elle éveille le sens de la bonté
    Elle supporte la charité
    Mon amitié est un charme que du verbe aimer
    Mon amitié est faite de sincérité
    Belle journée et belle fin de semaine
    Bises , Bernard

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  6. Bonjour JEUNE FILLE
    Dans un coin de mon cœur
    Ton amitié vit comme une fleur
    Avec un joli parfum de tendresse
    Ses pétales sont toutes colorées
    Les racines de cette fleur sont solides
    Voilà ,pourquoi , notre amitié dure depuis
    Des jours , des mois , des années
    C’est un lien très fort entre nous
    Je te souhaite une agréable journée
    Prends bien soin de toi
    Bernard , bise

    Un petit café ensemble ,tisane ou autre

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  7. Bonjour et bon week-end de Pentecôte

    En cette nouvelle soirée

    Comme un oiseau de tendresse

    Je viens te chanter mon bonjour

    Comme on chante les belles histoires

    Je te peints mes pensées à l’encre de mes mots

    Comme on peint les jolis tableaux

    Je te dessine le contour de mes plus beaux sentiments

    Comme on dessine l’innocence à travers les yeux d’un enfant

    Je t’ai écris ces quelques lignes nappées de bonheur

    Comme on écrit les plus beaux souvenirs

    Je te souhaite une bonne soirée . avec des petits bisous

    AMITIE

    Bernard

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    1. Muchísimas gracias por tus palabras, Carmen. Ojalá existiera alguna cosa en el mundo capaz de mitigar ese dolor, pero lamentablemente lo único que podemos hacer es dedicar todas las palabras de apoyo y colmar de elogios a todas esas madres que siguen adelante.
      Gracias de nuevo, un saludo.

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