El gemelo electrónico

Hay multitud de historias que no se sabe como terminan. Final abierto, dicen que se llama. Se tiene clara la propuesta inicial, la puesta en escena, y tal como se van desencadenando los acontecimientos, la narración concluye con un desenlace que puede ser interpretado de muchas maneras, tantas como lectores haya tenido. El final es abierto, pero los cimientos se implantaron poderosamente erguidos desde el principio. En esta entrada no es así; es más, la situación es antagónica. Tenemos claro lo que queremos comunicar, el desenlace es uno, único e inalterable, pero no sabemos realmente la forma de iniciar el envite, ni de cómo desarrollar este post para arribar finalmente a ese más que anhelado final cerrado. Ni siquiera de establecer un título para esta entrada. Cuando se cuelgue este post, su encabezamiento sea probablemente una incógnita hasta unos segundos antes de presionar el botón de publicar.

La culpa de ello, sin ningún tipo de duda, la tiene nuestro estado anímico. Estamos contentos, estamos muy contentos. Nos sentimos exultantes y tenemos razones para ello, y el motivo quedaba expuesto en ese final cerrado. Este alienado estado de conciencia provoca que todas las posibles tramas para llegar a él nos parezcan bien, dado que al ser feliz todo parece mejor, y esta venturosa perturbación es probablemente uno de los escollos más importantes para un autor que pretenda escribir algo “bueno”. Si eres feliz, todo te parece “bueno”; si no lo eres, lucharás lo indecible contra cada párrafo para que sea irremediablemente perfecto, porque todo lo que no lo sea te parecerá “malo”, tan malo como el resto del mundo que te rodea. Por eso el autor más decadente y más infeliz es probablemente el único capaz de realizar una obra maestra, porque aun el párrafo plasmado que roce la perfección jamás le parecerá lo bastante bueno, y no parará hasta que el mismo sobrepase cualquier expectativa. Aunque claro, esta no es más que una opinión, y por tanto es igual de errónea y válida que la de cualquiera. La idea a expresar en este párrafo imperfecto no es otra que, dada la imposibilidad de escribir esa trama correcta, ese algo “bueno”, la segunda opción era admitir el fracaso en la elección de la misma.

Con todo, ante la incapacidad de encontrar una musa que nos guíe en la dirección adecuada, sin poder encontrar el camino correcto para encontrar el argumento adecuado para llegar al final deseado, esta entrada parece destinada a configurarse como el vertedero de las ideas sin desarrollar que una vez aspiraron a presidir este post.

Obviamente, todas se desencadenaban a través de un título distinto. Con el de ‘El miembro fantasma’, esta entrada se habría perdido en disquisiciones sobre el desconcertante y espectral síndrome del mismo nombre. Nos habríamos maravillado ante su existencia para llevarlo finalmente a nuestro rincón. El Otro Mundo sentía como suyo un miembro fantasma que, sin embargo, y es completamente cierto, jamás ha tenido. No obstante, padecía su privación de manera ardua, añoraba su ausencia como si en algún momento ese miembro hubiera estado efectivamente presente. Lo necesitaba para sobrevivir, aunque nunca hubiese estado en cualquier otro sitio que no fuera la inexistencia. Y para ese entonces, la entrada se habría precipitado hacia su final único e innegociable.

El gemelo electrónico’ hubiera versado en un principio acerca de la existencia de los mismos. ¿Realmente nos parece tan exageradamente normal, tan insultantemente corriente, que puedan aparecer en este mundo una y otra vez dos personas idénticas al mismo tiempo? ¡Dos seres humanos iguales, en todos los sentidos, de una tacada! Hablábamos del milagro de la oveja Dolly absolutamente maravillados, pero la clonación humana se viene dando desde el origen de los tiempos y charlamos de pasada sobre un par de gemelos tan fútilmente como comentaríamos a un vecino “parece que mañana lloverá”. Porque eso son los gemelos: a efectos prácticos, son clones. Y entonces, tras departir sobre genética de andar por casa, nos llevaríamos la conversación a nuestra vera. El Otro Mundo tiene un gemelo del que fue separado al nacer. De hecho, fue separado del Otro Mundo y de sus padres, quedando tutelado por su matrona demasiado tiempo, mucho más del necesario. Pero no es un gemelo idéntico. Es un clon que, contra todo pronóstico, porta distinto ADN y que, no obstante, es mucho más parecido a su hermano que lo que cualquier oveja o humano podría llegar a alcanzar jamás. Y para ese entonces, la entrada se habría precipitado hacia su final único e innegociable.

‘El renacido’ habría buscado un guiño cómplice a la homónima película que ha conseguido que Leo DiCaprio pueda decidir ya morir en paz tras lograr por fin una mísera estatuilla. De todas formas, la consecución o no de un hombrecillo dorado con espada no debería turbar jamás a un actor que jamás estuvo tan vivo tras morir congelado en el Titanic. Por otra parte, colocar el nombre de una película de rabiosa actualidad para encabezar la entrada habría resultado un guiño idiota. Un título debe llamar la atención, pero vender así una entrada cuyo final nos emociona tanto con el nombre de un largometraje, así porque sí, habría sido vender gratuitamente esa rebeldía como escritores que vociferábamos hace unos cuantos posts. Volviendo al título fallido, con la misma temática para esta entrada podríamos haber planteado ‘La resurrección del Otro Mundo’, o quizá ‘Resurrección’, a secas. Sería un post realmente exiguo. Prácticamente habríamos explicitado que estamos muy contentos, habríamos copiado y pegado el pequeño fragmento que a la postre vamos a incluir finalmente, y… nos habríamos llevado el post a nuestro terreno, y para ese entonces la entrada se habría precipitado hacia su final único e innegociable.

 “Por fin llegaron a su destino, y bajaron al fondo de la torca a través de abruptos senderos. Cuando finalmente todos los arqueros del cuerpo (solo habían quedado en el cuartel las fuerzas de seguridad y control de accesos: los porteros, hablando en plata) formaban en aquel arriado bosque, el teniente, por el cual Axel ya no sentía tanto odio al haberse apocado su inflamación interna tras el incidente con Xhel·le y Mijo, cogió el comunicador y le dedicó a aquel aparato cuatro palabras bastante intrigantes para los que estaban allí presentes.

— Ya puede venir, señor.

¿Quién descollaba por encima del teniente en la cadena de mando? ¿La pantera? El husky pensó que ningún superior del ejército iba a tomarse la molestia de bajar a aquella depresión del terreno a exhortarles mandato alguno. Era todo un enigma: ¿a quién podía estar dirigiéndose Dexter?

Al cabo de aproximadamente un minuto, una figura fue apareciendo entre la arboleda. Conforme se iba acercando, se hacía cada vez más reconocible. Pero era imposible que fuera él.

Y como si se tratara del advenimiento del mismísimo Rozner, allí apareció.

El coronel Víctor.

Para todos los arqueros (Axel estaba seguro de que todos y cada uno de los canes soldados allí presentes pensaban lo mismo que él) era como si hubiera escapado de las garras de la muerte una vez difunto. Era una resurrección. En el ejército, cuando se deshacían de alguien, ese alguien no volvía a aparecer jamás.

Pero la grandeza del coronel Víctor era tan descomunal que era imposible hacerlo desaparecer.

Toda la alteración visceral que habían albergado todos ellos desde hacía unos días se disipó en la niebla del discernimiento y nunca más se supo de ella.

— Soldados: créanme cuando les digo que es un placer volver a verles. Sé que ninguno de ustedes me esperaba ya.”

 

También habríamos (hemos) añadido que el coronel Víctor es un personaje importante tanto dentro como fuera del Otro Mundo: es un actor que, por su propia grandeza, es incapaz de desaparecer de la historia. Es un personaje capaz de trascender, es su propio final abierto: estará siempre ahí para quien lo quiera interpretar. Aparecerá. Siempre.

Y en este entonces, la entrada se precipita hacia su final único e innegociable.

Estamos muy contentos e ilusionados de, por fin, poder anunciaros esto: ¡“Las crónicas del Otro Mundo” ya está disponible en formato electrónico!. El miembro fantasma del formato impreso, el gemelo electrónico del libro físico, la resurrección de la propia historia: el renacimiento del Otro Mundo a través de su vertiente digital. Para nosotros es muy emocionante ver como nuestra obra encuentra nuevos senderos para seguir su camino, nuevas avenidas para perseguir su aventura, nuevas rutas para encontrar su propio horizonte. Estamos seguros de que, gracias a esta aparición en ebook, las palabras que un día empezamos a escribir por mera diversión van a llegar a algún que otro lugar que jamás pudimos imaginar. Aunque eso en realidad era bien sencillo: con el formato impreso ya lo habíamos conseguido. Simplemente ocurre que, como aquel día en que apareció nuestro libro, que lo tocamos por primera vez con las manos, experimentamos la alegría de ver aparecer una novela de nuestra autoría de forma pública.

Para los que os pica la curiosidad después de haber leído las entradas de este blog, tenemos una grata noticia. Tanto la plataforma de Amazon como la web de nuestra editorial ofrecen muestras gratuitas de la novela en formato electrónico, aquí os dejamos los enlaces para que echéis un vistazo si sois lo bastante osados. Deseamos encarecidamente que aquel que decida asomarse a ese universo sea capaz de disfrutarlo, al menos casi tanto como gozamos nosotros de su propia existencia.

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¡Gracias a todos por haber asistido al improvisado bautizo del gemelo electrónico del Otro Mundo!

Vistinu twins

39 comentarios en “El gemelo electrónico

  1. Pingback: El gemelo electrónico – Manuel Aguilar

    1. Apenas comenzada la aventura del Otro Mundo en formato ebook, lo que sí podemos afirmar desde ya es que todo depende de la idea que tengas en mente. Nosotros enviamos nuestro manuscrito a editoriales porque también queríamos ver plasmada nuestra historia en formato impreso, y si ese es el caso (que quieras publicar tanto en físico como en ebook), si te recomendamos que busques una editorial que acepte publicar tu obra.
      Ahora bien, si dependes de una editorial, es cierto que se encargarán de portada, cuestiones de estilo y maquetación, pero ellos serán los que tengan todo el control: publicarán cada formato cuando les sea más propicio y recogerán prácticamente todos los frutos que dé tu novela. Si la idea que tienes es dar a conocer tu obra y para ello te basta con publicarla en formato electrónico, la opción de lanzarla en Amazon es la más adecuada: será mucho más rápido que esperar a encontrar una editorial que te publique (sin pagar tú, claro; hay muchas que se desviven por hacerlo rápido cobrándote) y además casi todos los beneficios caerán en tus manos.
      Optar por una cosa u otra ya depende de la pretensión que tengas en mente.
      Un saludo!

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  2. Hola
    Como seguidor de Barcelona/j re, te envío el link para que puedas descargarte gratis mi libro Monos&Humanos, dispones de dos días. Te gradezco si lo lees parcial o totalmente –son artículos- me pongas tu opinión en la web creada para al efecto, en la parte de comentarios. Te agradezco tu colaboración un saludo cordial Juan re crivello
    Link descarga: http://www.amazon.es/Los-Monos-Humanos-luego-Robots-ebook/dp/B01BRCWVJW/ref=sr_1_2?ie=UTF8&qid=1456911182&sr=8-2&keywords=juan+re+crivello
    Web Monos&Humanos http://juuanre.wix.com/monos-humanos

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    1. Muchas gracias por el ofrecimiento, Marvin, es un proyecto interesante para todo aquel aficionado a la escritura. No obstante, no estamos en condiciones de poder colaborar: entre nuestras obligaciones laborales y familia, los escasos ratos que podemos dedicar a la escritura apenas dan para nuestros proyectos literarios personales y el mantenimiento del presente blog.
      Ánimo con dicha empresa, y gracias por la oferta de nuevo. Un saludo!

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